¿Imaginas que se pudiera aprender la tabla periódica con algo tan lúdico como jugar una partida de cartas? El docente Joaquín Franco, profesor de la Universidad de Málaga y del Instituto Juan Ramón Jiménez de la misma localidad, no solo lo imagina, sino que lo ha puesto en práctica con muy buenos resultados. Ha comprobado que los estudiantes que utilizan esta metodología aprenden más que los que siguen las fórmulas tradicionales.
Durante los últimos años, estudiantes de Málaga, Cádiz, y Valencia han trabajado con cartas con los símbolos de la tabla periódica elaboradas por ellos mismos, autodefinidos de elementos químicos, circuitos eléctricos para reconocer materiales conductores o aislantes e incluso un bingo científico. Aunque al parecer, la iniciativa que más éxito ha tenido entre los alumnos es el campeonato de futbol. Cada alumno representa a un país y con las letras que componen el nombre de este debe extraer elementos químicos. Según el profesor, de cada país se pueden llegar a formular hasta veinte elementos. De esos 20 el alumno elige los 11 mejores para enfrentarse a los seleccionados por sus compañeros. La clave está en conocerlos bien para hacer una buena elección.
El mismo profesor participa en otra línea de investigación que consiste en relacionar las unidades didácticas con casos y problemas de la vida diaria.
“Saber que el flúor está en la pasta de dientes, que su bicicleta está hecha de titanio y el lápiz con el que escriben, de carbono, y plasmar la tabla periódica completa en un dibujo realizado por ellos hará que recuerden toda esta información más fácilmente”, explica.
¿Utilizáis algún método similar para captar la atención de los alumnos y que se diviertan aprendiendo?
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