Cuando se popularizó el e-book algunos pronosticaron la muerte de los libros en papel. A un pronóstico similar se enfrentan los periódicos impresos, estos con el agravante de no poder competir con la inmediatez de los medios digitales. Pese a ello, aún son muchos los que prefieren leer en papel y no quieren renunciar a su tacto, al pasar de página, a su olor…

Dejando a un lado aspectos emocionales, leer en papel tiene algunas ventajas demostradas:

– Ayuda a comprender mejor el texto. En 2013, la revista Scientific American, publicó un artículo (The Reading Brain in the Digital Age: The Science of Paper versus Screens) en el que aseguraba que las pantallas distraen al lector. En el mismo sentido, un estudio del Centro de Lectura de la Universidad Stavanger en Noruega mostró que la lectura en papel contribuye a una mejor comprensión, más profunda y duradera.
Según el libro Words on Screen: The Fate of Reading in a Digital World de la profesora de la American University Naomi S. Baron, publicado en 2015, un 92% de los estudiantes universitarios se concentra mejor cuando leen en papel.

– Evitar interrupciones y distracciones. Leer en una pantalla puede suponer ser interrumpido por notificaciones y recibir otros estímulos que nos distraen de la lectura.

– Crear memorias físicas. Al leer en papel es más fácil crear memorias físicas que nos ayuden a retener la información. El tamaño de las páginas, los márgenes, el tacto… Con la lectura en papel el abanico sensorial es más amplio.

– Evitar la luz azul. Una investigación de la escuela médica de Harvard señaló que las personas que leen antes de ir a dormir en dispositivos con luz integrada o retroiluminados tardan más en dormirse y tienen una peor calidad del sueño, lo cual puede hacer que por la mañana se noten cansadas. Esto se debe a que esa luz va directamente a los ojos del lector y altera la melatonina. Con un libro de papel, el lector solo está expuesto a la luz que se refleja en sus páginas.