El dictado es uno de los ejercicios más comunes en Primaria y ni las nuevas tecnologías han logrado desplazarlo. Se pueden hacer de distintas maneras. Por ejemplo, en función de la edad o del nivel de los alumnos podemos hacerlo con palabras sueltas o leer textos completos. En cualquier caso, el dictado es un ejercicio que sirve para:
- Mejorar la ortografía. Posiblemente sea la finalidad que más se asocia a un dictado. El hecho de que el alumno tenga que escribir lo que escucha sin poder consultar y la posterior corrección hace que el alumno tome conciencia de las faltas que comete y de esta manera pueda corregirlas y escribirlas correctamente en futuras ocasiones.
- Aprender palabras nuevas. El profesor puede seleccionar los textos o las palabras con el objetivo de que los alumnos amplíen su vocabulario. En ese caso, después de hacer el dictado y corregir los errores ortográficos es importante comentar conjuntamente las palabras que no se conocían.
- Mejorar la atención. El alumno debe concentrarse en lo que dice el profesor ya que debe procesarlo en su cabeza y escribirlo correctamente. Esto nos lleva a otro concepto; el de desarrollar la capacidad de atención dividida, ya que debe estar concentrado en escuchar y escribir.
- Entrenar la memoria. Especialmente con dictados de textos, los alumnos deben hacer también un ejercicio de memoria para recordar las frases que el profesor va pronunciando.
- Trabajar la caligrafía. Tanto si se dictan palabras sueltas como con textos, el alumno trabaja su caligrafía. Dependiendo del ritmo del profesor a la hora de dictar podrá perfeccionarla más o menos, pero en cualquier caso la mejorará y aprenderá a escribir más rápido.
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