Si imaginamos un aula de cualquier colegio seguramente veamos filas de mesas y sillas colocadas unas detrás de otras y encaradas a la pizarra y a la mesa del profesor. Aunque hoy en día cada vez es más frecuente ver aulas con mesas redondas, en las que los alumnos se pueden mirar a la cara unos a otros, especialmente útil si, por ejemplo, se trabaja el aprendizaje basado en proyectos (ABP). Sea como sea, el diseño del aula no es un tema menor. Según un estudio de la Universidad de Salford (Reino Unido), unas condiciones óptimas del aula pueden mejorar hasta un 25% el rendimiento escolar de los alumnos.

El estudio señala que la iluminación, el mobiliario y la amplitud del espacio son claves para un progreso más positivo de los estudiantes. Además indica otros elementos a tener en cuenta como el color, la climatización, el ruido, la decoración o la arquitectura.

La tendencia actual en cuanto al diseño de las aulas indica que deben tener en cuenta estas ideas:

– El espacio y el mobiliario deben ser flexibles para facilitar la realización de distintos tipos de actividades. Espacios abiertos, sillas con ruedas, pupitres modulables… Todo pensado para que se adapte a las necesidades de alumnos y profesores.
– El diseño del aula debe favorecer el movimiento del profesor y que tenga buena visibilidad del conjunto de alumnos.
– La configuración del espacio y del mobiliario debe permitir que los alumnos puedan verse unos a otros.
– Iluminación adaptada a cada espacio y actividad. Evitar una iluminación deficiente o monótona y, por supuesto, aprovechar la luz natural siempre que sea posible.
– El color crea espacios más alegres y hace que los alumnos sean más receptivos. Por eso se usa en paredes y mobiliario. En las primeras etapas, como la educación infantil, los colores son más vivos y en los cursos superiores se van atenuando.

Todas estas ideas deben partir de una base común: lo esencial es que el aula sea un lugar cómodo y de descubrimiento para el alumno.