Abel Montilla tiene 35 años y lleva más de 6 años trabajando de maestro de primaria y de educación física. Actualmente, trabaja de tutor de cuarto de primaria en una escuela de máxima complejidad, de Lloret de Mar.
¿Cuáles fueron los desafíos más importantes que enfrentaste como docente este año? ¿Cómo los superaste?
Durante el curso ha habido diferentes desafíos: la llegada de niños de distintos países, un grupo clase poco cohesionado y los diferentes ritmos de aprendizaje. Este año se han incorporado más de 60 niños en la escuela, de los cuales cinco en mi clase en diferentes momentos del curso. Son alumnos de diferentes procedencias. Esto provoca una gran dificultad para atenderlos. Para hacer frente a este reto es necesario tener un protocolo de acogida y de atención a la diversidad y mucha coordinación entre los diferentes departamentos y trabajadores de la escuela.
Por otro lado, tener un grupo poco cohesionado puede ser una fuente de conflictos, por eso hay que dedicar muchas horas a hacer actividades para fomentar la cohesión, el respeto y otros valores. A veces se tiene que priorizar en la escuela la educación antes que el aprendizaje.
Por último, atender los diferentes ritmos de aprendizaje puede que sea el mayor reto de todos. Porque la finalidad de tu trabajo es que los niños aprendan los contenidos establecidos por el currículum marcado por el departamento de educación. Pero te encuentras que tienes 26 alumnos y podríamos decir que 26 ritmos de aprendizaje distintos. Dependiendo de la materia los dividimos en subgrupos y, en ocasiones, podemos trabajar con dos docentes dentro del aula.
¿Cómo lograste mantener la motivación de los alumnos hasta el final del curso?
No hay una sola estrategia, pero utilizamos diferentes recursos para motivarlos como por ejemplo, trabajos más manipulativos, juegos si acabamos las tareas, aplicaciones que te ayudan a motivar los alumnos sobre todo con un buen comportamiento, etc.
¿Qué estrategias utilizaste para evaluar el progreso de los estudiantes y cómo determinaste si habían alcanzado los objetivos del año?
Normalmente, tenemos unos indicadores de qué contenido tenemos trabajar y el grado de adquisición al principio de curso. A partir de aquí, buscamos diferentes actividades, tareas, pruebas para comprobar si han conseguido el objetivo marcado y el nivel de adquisición.
A parte, se tiene en cuenta el trabajo hecho día a día, dependiendo de cada maestro utiliza una herramienta u otra para registrar las calificaciones obtenidas. En mi caso utilizo un programa llamado Additio, donde puedo registrar las cualificaciones de forma práctica y cómoda.
¿Cuáles fueron las actividades o proyectos más memorables que realizaste con tus alumnos durante el año escolar?
He hecho varios proyectos dependiendo de que quería trabajar. Por ejemplo, utilizo una aplicación llamada classdojo, donde aparecen unos avatares que representan a cada alumno. Consiste en que los alumnos pueden ir adquiriendo puntos y luego los pueden intercambiar según las pautas acordadas al inicio. Pueden conseguir puntos con buen comportamiento, haciendo los deberes, etc. También te permite quitar puntos si no cumplen las normas o tienen mal comportamiento. Esta herramienta los motiva para conseguir puntos y luego poder hacer alguna actividad que a ellos les apetezca.
A nivel académico siempre intentamos hacer proyectos que estén relacionados en diferentes materias. Por ejemplo, el último que hemos llevado a cabo estaba relacionado con la sequía. A partir de un tema de la actualidad, hemos trabajado en medio natural, matemáticas y catalán. Luego se intenta profundizar más y crear conciencia sobre lo trabajado.
¿Cuáles son tus recomendaciones para los alumnos que pasarán al siguiente grado el próximo año?
Siempre les digo que tienen que crear una rutina que les vaya bien. Es decir, organizarse los días. No puede ser que a las diez de la noche se pongan a hacer los deberes o estudiar. Tienen que aprender a programar la faena y no dejarlo para el último momento.
También les recomiendo que lean un poco cada día. Es un hábito que ayuda mucho al aprendizaje y a parte puede ser un momento de desconexión y de placer.
Por último, el dicho: “quien siembra, recoge”. Quien quiere algo se tiene que esforzar, las cosas no vienen solas, hay que ir a buscarlas. A veces la vida no es justa, pero que nunca te puedas decir a ti mismo que no lo intentaste.
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