Arnau Montón Requena tiene 26 años y es profesor de Educación Primaria en la escuela Vedruna de Palamós. Nació en Vic y pasó toda su vida hasta los dieciocho años en un hermoso pueblo del Ripollès llamado Ribas de Freser. Se caracteriza por ser un amante del deporte, del fútbol, de su familia y de los buenos amigos.

¿Qué te motivó a convertirte en profesor?

La verdad que la vocación no fue clara hasta segundo de bachillerato. Siempre he estado en contacto con los niños. Pero no tuve claro mi destino hasta que mi tutor me abrió las puertas con una conversación a finales del curso.

¿Cuáles son algunas de las habilidades o fortalezas que crees que los profesores jóvenes pueden aportar a la educación?

Creo sinceramente que tenemos la llave para cambiar la educación o darle el impulso necesario en cada momento. La energía y las ganas de hacer los que más nos gusta tiene que tener por obligación, como mínimo, retos suficientemente grandes como para sorprender a los niños y niñas y darles alas en su aprendizaje. Desde mi punto de vista, creo sinceramente que esta energía nombrada anteriormente es la fortaleza más grande que tenemos los profesores jóvenes.

Además, creo que cada vez más estamos creciendo como unos “sinvergüenzas” para decirlo de mala manera, pero con una connotación positiva podríamos decir que no nos asusta tirarnos a la piscina y proponer desde actividades sencillas hasta retos más complejos sin miedo a fallar.

¿Qué cambios crees que se deberían implementar en la educación para hacerla más efectiva y atractiva para los estudiantes?

Creo sinceramente que no hay una solución para todos, estamos hablando de miles y miles de niños y niñas con distintas características. Al final, quien tiene que tener las ganas y la fuerza para hacer esa educación más efectiva y atractiva son los propios centros escolares y los profesores de este.

Aun así, obviamente quién nos pone las bases para nuestra tarea son los políticos que tenemos por encima, a ellos solo les pediría que piensen en sus hijos e hijas, en qué creen que se pueden sentir más felices. Estamos en una sociedad que lo quiere todo para ayer y que es adicta a la inmediatez, los niños y niñas no son menos. Necesitamos todas las herramientas para continuar cambiando la educación, partiendo desde nuevas tecnologías hasta tareas manipulables con distintos materiales competenciales.

¿Qué técnicas utilizas para mantener a tus estudiantes involucrados y motivados?

No hay una técnica estándar para que los estudiantes estén más atentos. Creo que ellos y ellas estarán pendientes siempre y cuándo encuentren algo importante en todo lo que les cuentes. Hacerlo de manera amena con muchos ejemplos prácticos y haciéndolos participar aún más que el mismo profesor. Al final, ellos y ellas tienen que equivocarse una y otra vez, por eso mismo les dejo tener un papel importante y una participación significativa en mis clases.

¿Qué papel juega la creatividad en tu forma de enseñar?

Creo que no hay creatividad sin preparación previa, sin una organización anterior de todo lo que vas a contar, nunca vas a poder ser creativo en tus clases. Creo mucho en la sintonía del momento y los ejemplos del momento vital en el cual estemos, a partir de ello estarán cómodos. Los ejemplos prácticos y el uso de material manipulativo es sin duda la mayor creatividad que existe en nuestra profesión.

¿Cuál crees que es el mayor desafío que enfrentan los profesores jóvenes hoy en día en el campo de la educación?

Sin duda alguna, tener una plaza de trabajo y adaptarse a los distintos centros y sus ecosistemas. Estamos hablando de una profesión con muchos maestros y maestras, y que en la rama pública estás rotando mucho si no tienes plaza. Creo que una de las tareas más difíciles es dejar huella en una escuela queriendo plasmar la energía contestada anteriormente.

¿Qué mensaje le darías a otros profesores?

Por nuestra clase van a pasar miles y miles de alumnos y alumnas con muchas características distintas, nosotros vamos a ser su guía durante un pequeño período de tiempo de su vida. Creo que el objetivo que tendríamos que tener todos los profesores es dejarles una huella positiva, llena de asertividad y buenos modales para que puedan ser competentes y puedan estar lo más preparados posibles para su madurez como personas.