Descubre el fascinante mundo de la enseñanza artística con Pep Admetlla, el profesor visionario que ha creado un innovador programa pedagógico en la Escuela Eiximenis de Girona. Durante los últimos 35 años, ha cautivado a generaciones de alumnos, estableciendo conexiones más allá del aula y forjando amistades duraderas con alumnos y padres. Su propuesta única abarca disciplinas como anatomía, arquitectura y arte, enriqueciendo las materias curriculares y llevando a los niños a explorar la ciudad y su entorno. 

¡No te pierdas las fascinantes respuestas de Pep en esta entrevista, disponibles en forma de audio para que puedas escuchar en detalle!

¿Cuál ha sido la reacción de los padres y la comunidad educativa en general ante este enfoque innovador? ¿Han surgido desafíos o resistencia en algún momento?

Mis experiencias en la escuela han sido increíbles. He tenido la libertad de trabajar con conocimientos previos y dar conferencias sobre arte y medicina gracias a la colaboración de la facultad de medicina. Los padres han apoyado y valorado mis esfuerzos por transmitir conocimientos complejos a los niños. Tanto el profesorado como la dirección de la escuela me han brindado su total respaldo y facilidades en este proyecto. Ha sido un reto enriquecedor, sin ninguna resistencia, y estoy encantado con los resultados.

¿Cómo ha evolucionado el programa a lo largo de los años?

La evolución, digamos que viene dada ya por unos conocimientos previos, se ha abordado de forma transversal con el programa de arquitectura y arte, tocando las proporciones, el canon griego y la estructura básica del cuerpo humano. Luego, se profundizó en anatomía, fisiología y otros conceptos, sin problemas de interrelación con otras asignaturas. Esta experiencia ha sido una valiosa ayuda para observar cómo han ido evolucionando los conceptos y su aplicación a través del pensamiento de los niños y niñas de la escuela.

¿Cuáles fueron las actividades o proyectos más memorables que realizaste con tus alumnos durante este año escolar?

Durante este año escolar, realicé varios proyectos memorables con mis alumnos. Uno de ellos fue la creación de una pequeña obra de teatro a través del voluntariado de los niños. Cada uno pudo elegir cómo participar, y con mi ayuda, les proporcioné reflexiones previas para encarar el proyecto con rigor. La obra teatral se basó en el conocimiento de la anatomía: su origen, proceso, utilidad y cómo lo utilizamos en la vida diaria.

Para este proyecto, contamos con el apoyo de la dirección de la escuela y los padres de la asociación, quienes permitieron la creación de un amplio espacio con una pizarra de unos seis metros por tres metros de altura. En esta «gran libreta,» realizamos dibujos y reproducciones anatómicas desde diferentes épocas, y los alumnos pudieron trabajar en ella como si fuera un papel. Expliqué gráficamente los aparatos y sistemas anatómicos, y ellos propusieron y ejecutaron sus ideas en la pizarra.

Los alumnos tuvieron total libertad para explicar lo que deseaban, recreando y ajustando sus ideas con mi orientación, especialmente en aspectos esenciales para una buena explicación. Utilizaron técnicas de geometría para desarrollar los temas en los que estábamos trabajando. Fue un espacio único y compartido donde dejaron plasmadas sus reflexiones y formas de pensar.

¿Alguno de tus alumnos ha seguido tus pasos?

Sí, a lo largo de mis 35 años de trabajo como docente, varios de mis alumnos han seguido mis pasos en mi ámbito profesional, lo cual me llena de placer y alegría. Me enorgullece ver cómo muchos de ellos se han convertido en arquitectos, diseñadores industriales, médicos, artistas, ingenieros y otras profesiones afines. Mantengo una amistad sincera con ellos, que comenzó cuando salieron de la escuela primaria y continuó durante su crecimiento en la escuela secundaria y la universidad.

Nuestra relación va más allá de la típica relación alumno-maestro. Mi enfoque consiste en tener el listón lo más alto posible y ayudarles a que ellos consigan sus propios objetivos.

Es realmente gratificante poder ayudarles a alcanzar sus objetivos profesionales y mantener esta amistad con algunos de ellos, viajando juntos, colaborando en proyectos y exposiciones. Ver cómo han seguido sus propios caminos profesionales y han logrado éxito en diversas áreas me llena de felicidad y honor.

¿Qué temas suelen proponer los alumnos cuando les das la oportunidad de elegir?

Los temas pueden ser muy variopintos. Si estamos abordando temas anatómicos, como por ejemplo, la fisiología del ojo o la transmisión que ocurre desde el objeto hasta su relación con la parte visual del cerebro, surgen cuestionamientos sobre el motivo de los sueños, la naturaleza de la conciencia y la razón por la cual somos conscientes de las cosas. Entonces, es posible que un grupo de alumnos me diga que quiere explorar un tema similar de manera independiente, como el sistema auditivo.

Lo que resulta verdaderamente gratificante es ver cómo ellos mismos asumen la responsabilidad de su trabajo. Se organizan para preparar presentaciones con PowerPoint, elaborar dibujos ilustrativos, y recopilar preguntas y respuestas encontradas. Es como crear un pequeño espacio pedagógico similar al que se utiliza en la universidad de Girona. Abordan el sistema elegido, su funcionamiento y las partes que lo componen, para luego presentar todo el proceso, proyectando las diapositivas con las preguntas y respuestas, y dibujando directamente en la pizarra y en sus libretas específicas para el tema de anatomía.

Además, cuando se trata de temas de arquitectura y arte, ellos tienen total libertad para proponer lo que deseen. A veces, desean dibujar una figura específica, y yo me convierto en su modelo al pararme sobre una de las mesas. Otras veces, solicitan que les hable sobre una corriente artística particular.

Mi objetivo es trabajar con el máximo rigor posible en los temas que ellos demandan, proporcionándoles todas las herramientas necesarias para comprender a fondo el origen de su curiosidad. Desde muy temprana edad (unos 5 años), muestran un interés genuino por cuestiones desafiantes que requieren respuestas adecuadas y un vocabulario apropiado para satisfacer su curiosidad. Es importante darles las herramientas necesarias para que ellos vayan desarrollando ese sentir de la curiosidad, ese sentir intelectual, ese sentir formal, el ver las cosas de otra forma.

¿Crees que tu forma de enseñar fomenta el interés de más alumnos por el campo de la salud, arquitectura o la ingeniería en el futuro?

Me gustaría entender que sí. La libertad que tengo como docente, sumada a mi experiencia profesional fuera del ámbito escolar, genera un nuevo interés en los alumnos por aquello que me apasiona y que intento comunicar de la mejor manera posible.

Por ejemplo, trabajamos con niños de cinco años y estudiamos puentes en la ciudad, los cuales son diferentes y construidos con diversos materiales. Realizamos un estudio detallado de estos puentes, comenzando desde lo más básico, y es sorprendente ver cómo las deducciones de los niños van más allá de lo que se considera evidente. Ellos llegan a soluciones por pura lógica. Mi papel como docente es proporcionarles las herramientas para fomentar este sentir y guiarlos con pasos y respuestas que mantengan el conjunto coherente.

Además, llevamos a los alumnos a ver estos puentes directamente, lo que refuerza su comprensión del tema y les permite experimentar lo aprendido en el aula de manera práctica. Esto los fortalece intelectualmente y les ayuda a comprender las bases y lógicas que rigen nuestro entorno.

En cuanto a su futuro, considero que este enfoque les abre muchas puertas. Cada alumno tiene sus características y personalidad propias, y algunos se inclinarán hacia campos más técnicos, otros hacia artísticos o especulativos. Pero estas herramientas les dejan las puertas abiertas del camino que luego vayan a seguir.

No hay una única dirección de conocimiento, no es unidireccional y tampoco existen conocimientos básicos rígidos que se apliquen de manera uniforme. Aquí, los conocimientos troncales se entrelazan con la curiosidad de los alumnos, creando una mezcla en la que se nutren mutuamente. Esta interacción entre los saberes y la curiosidad es fundamental, ya que lo que ellos demandan y exploran se vuelve parte esencial de su aprendizaje. Resolver estas inquietudes es clave para prepararlos para su futuro y asegurarnos de que tengan oportunidades para elegir conscientemente hacia dónde dirigirse.

¿Qué haces si algún alumno desde el principio dice que no se le da bien dibujar y tiene miedo o vergüenza de intentarlo?

Desde que los niños llegan a la escuela a los tres años, no hay un procedimiento de temor o vergüenza a la hora de dibujar o plantear cualquier cuestión. Mi experiencia muestra que proporcionando las herramientas adecuadas, como la lógica y la práctica, los alumnos pueden ejecutar cualquier tarea de dibujo de forma consciente y libre, sin importar su complejidad. Nunca comparo a los alumnos entre sí, ya que cada uno llega hasta donde sus propias capacidades intrínsecas les permiten, pero todos tienen las mismas herramientas disponibles.

Les animo a experimentar y encontrar su propia metodología de dibujo, mostrándoles que cualquier tarea, por compleja que sea, puede lograrse siguiendo una metodología adecuada. Un ejemplo de esto fue cuando un grupo de niños eligió dibujar una figura anatómica de dos metros, y yo lo hice delante de ellos para demostrar que es posible si se siguen los pasos adecuados.

No hay miedo ni temor, solo trabajo y preguntas para entender cómo encajar las formas y encontrar soluciones propias. Cada uno tiene habilidades intrínsecas que forman parte de su personalidad, y todos son capaces de dibujar desde geometría abstracta hasta figuras anatómicas o elementos arquitectónicos. Lo demuestran en las libretas que utilizan, dedicadas a la anatomía, arquitectura y arte.

Comenzamos con ellos desde los tres años, y cuando llegan a los 12, han asumido todo sin miedo, demostrando que tienen la confianza y las habilidades necesarias para enfrentar cualquier desafío de dibujo.

¿Qué mensaje le darías a otros profesores jóvenes que recién comienzan en la enseñanza?

El mensaje para los maestros y profesores jóvenes es que no tengan miedo de equivocarse y que sean valientes. Los programas educativos son puntos de inicio, no un resultado final. Es importante tener libertad, seguridad y mucha autoestima, además de ser conscientes de que todos debemos educarnos y reeducarnos constantemente para lograr una buena comunicación con los alumnos.

¡No hay que tener miedo! Una clave importante es ser el mejor para uno mismo. Esto significa tener rigor, disciplina, trabajo, estudio, motivación, curiosidad y práctica. Es fundamental tener una pasión absoluta por el trabajo y comunicar los conocimientos de la mejor manera posible.

¡No te pierdas el emocionante video que muestra las clases de Pep y las opiniones de sus alumnos! ¡Inspírate con su innovador programa pedagógico y el talento de estos increíbles estudiantes! ¡Dale play y déjate cautivar!