Santiago Moll tuvo claro desde pequeño que quería ser maestro y asegura que la enseñanza es su vida. Prueba de esta pasión es su blog Justifica tu respuesta, un proyecto en el que empezó a trabajar en 2013 y que actualmente recibe cerca de medio millón de visitantes cada mes. Su constante trabajo ha convertido el blog de Santiago en uno de los espacios de referencia en materia educativa.
¿Cómo fueron los inicios de ‘Justifica tu respuesta’? ¿Qué te llevó a crear un blog y cómo fueron esos primeros meses?
Justifica tu respuesta nació un 22 de abril de 2013. Aún recuerdo mi primer artículo que versaba sobre consejos que un docente debe tener en cuenta el día de un examen. Por aquel entonces ya llevaba tres lustros como docente de Secundaria en distintos centros y me di cuenta de la experiencia que había acumulado y de cómo dicha experiencia podría servir a otros compañeros de profesión. Con esa finalidad nació el blog, como una ventana más al mundo de la educación.
En cuanto a los inicios, hay que decir que fueron muy intensos. Durante el primer año y medio escribía cinco artículos a la semana. Básicamente eran artículos relacionados con la gestión de aula, resolución de conflictos y técnicas de estudio. Junto con los contenidos que iba publicando, también me iba formando sobre el funcionamiento de la plataforma WordPress, redes sociales, etc. Fueron muchas horas de dedicación, pero la verdad es que esa dedicación me permitió que poco a poco se fuera asomando más y más gente en el blog.
¿Por qué escogiste ‘Justifica tu respuesta’ para dar nombre al blog?
Hay quienes dicen que uno no elige el nombre de su blog, sino que el nombre te elige a ti. En mi caso debo decir que un buen día se me cruzó la expresión “justifica tu respuesta” y me pareció que definía a la perfección el tipo de blog que quería llevar a cabo, un blog que invitara a la reflexión, pero que también fuera capaz de dar respuestas a distintos temas educativos.
Reconozco que se trata, probablemente, de las tres palabras más odiadas por los alumnos, pero también creo que invitan a poder demostrar lo que uno sabe.
Después de todos estos años, ¿cuál es el balance que haces de tu experiencia como bloguero?
El balance que hago como bloguero hasta día de hoy es extraordinario. Poco podía imaginarme la repercusión que está teniendo el blog, sobre todo en Latinoamérica, donde concentro el mayor número de seguidores y lectores. ‘Justifica tu respuesta’ me ha dado la oportunidad de aprender muchísimo, de reflexionar sobre mi quehacer en el aula, de impartir formación presencial y online en distintos lugares de España, de conocer a compañeros extraordinarios o de aparecer en grandes medios de prensa, radio y televisión. En este sentido me siento una persona tremendamente afortunada y convencida de que he recibido mucho más de lo que he dado.
Seguramente muchos compañeros de profesión estén pensando en crear su propio blog. ¿Qué consejos les das para que su iniciativa tenga éxito?
Crear un blog es lo más fácil que existe. De hecho, se tarda menos de diez minutos en montar uno. Lo difícil, por tanto, no es crear un blog, sino darle continuidad. El gran inconveniente que existe es que no ves los resultados hasta que ha pasado cerca de un año y eso hace que mucha gente se desmoralice. En un mundo donde prima la inmediatez, reconozco que un año es muchísimo tiempo, pero no existen fórmulas mágicas, sino la constancia, la determinación y la pasión por lo que uno quiere compartir.
Siempre digo que el gran problema de esta sociedad radica en el hecho de que la gente no quiere ser útil, sino importante. Y un blog no es otra cosa que un ejercicio de generosidad constante, un ejercicio donde debe primar la vocación de servicio y un buen contendido. Lo demás, con paciencia, si tiene que llegar, ya llegará por sí solo.
¿Qué criterios usas a la hora de seleccionar el contenido para el blog? ¿Hay alguna temática que te guste especialmente?
Cuando creé el blog, tenía claro que quería escribir sobre consejos para docentes, nuevas tecnologías y técnicas de estudio. Con el tiempo me fui dando cuenta de que los lectores demandaban otro tipo de contenidos, sobre todo contenido relacionado con la educación emocional y metodologías activas como, por ejemplo, el aprendizaje cooperativo. Un bloguero debe saber escuchar a sus lectores y así lo hice yo. Poco a poco fui interesándome por metologías activas y la educación emocional y debo confesar que a día de hoy son las dos categorías que más me gustan y de las que más estoy aprendiendo.
Actualmente estás organizando la primera edición de tu curso online sobre Flipped Classroom. ¿Qué te ha llevado a ofrecer este curso?
Hace poco llegué a la cifra de 500 artículos publicados en el blog. Esta cifra me hizo reflexionar sobre el tipo de contenido del blog y me di cuenta de que para determinados temas, un artículo escrito se quedaba algo corto y el formato no acababa de encajar con la manera con que quería transmitir una idea, sobre todo cuando se trata de herramientas relacionadas con las TIC. Además, también me di cuenta de que había caído en una especie de zona de confort. Así que decidí ponerle remedio creando un curso online donde resumo lo que son para mí los cuatro pilares básicos de la educación: gestión de aula, metodología, educación emocional y competencia digital.
Si me decidí por un curso acerca de flipped classroom fue porque hay una idea equivocada acerca de este término. Me explico. Muchos docentes lo relacionan exclusivamente con la competencia digital. Y no es así. Porque de nada sirve saber manejar una herramienta o un programa si no eres capaz de relacionarlo con una determinada metodología, con un buen liderazgo e intentando llegar al corazón de los estudiantes. De ahí que este curso online aborde estos cuatro pilares que he nombrado más arriba.
Debo confesar que la realización de un curso de estas características lleva mucho más tiempo que un artículo de un blog, pero estoy seguro de que podrá ser de utilidad para los docentes.
¿Qué puntos fuertes destacarías de nuestro sistema educativo?
Lo que destacaría por encima de todo es la inclusión de la educación emocional y de nuevas metodologías activas en el aula por parte de muchos mis compañeros. En una sociedad donde priman cada vez más los resultados por encima de los procesos, trabajar aspectos como la cooperación, la empatía o la autoestima me parecen fundamentales para el desarrollo integral de nuestros estudiantes.
¿Y qué debilidades detectas en él?
Tal vez echo en falta una mayor coordinación por parte del profesorado. Somos un colectivo muy numeroso, pero nuestra voz no se oye todo lo que debería oírse. Otro factor que me gustaría mejorar es el gran trabajo que realizan muchos de mis compañeros y la poca o nula visibilidad que tienen sus trabajos. Vivimos en una época extraordinaria y nunca habíamos dispuesto de tanta tecnología para compartir lo que mejor se le da a cada uno.
¿Qué papel consideras que debe tener la tecnología en la enseñanza?
Cuando me preguntan a cerca de la tecnología, siempre les remito a la palabra “herramienta”. Una herramienta es un utensilio que facilita un trabajo, pero este utensilio es tan importante como la mano que lo maneja. ¿Qué significa esto? Pues que las herramientas son tan útiles como necesarias, porque nos hacen mejores, pero en ningún caso vienen a sustituir la labor que un docente realiza en el aula.
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