Entrevista a Alexander Velásquez, Terapeuta Ocupacional y Coordinador de Actividades de la Residencia para mayores Albertia Valle de la Oliva, un centro que habitualmente organiza actividades de intercambio generacional en colaboración con centros educativos de diferentes niveles para que niños y jóvenes compartan tiempo con los ancianos.
¿Cuánto hace que organizan estas visitas?
Habitualmente en la residencia siempre se han organizado actividades puntuales con centros escolares pero desde hace unos tres años hemos potenciado e intensificado este tipo de encuentros por los beneficios que tienen para nuestros mayores y para los niños y jóvenes.
¿Cada cuánto las hacen?
Tenemos actividades con centros educativos a lo largo de todo el año: Hay colegios que nos visitan periódicamente con el mismo grupo de alumnos cada 2 o 3 meses y otros lo hacen sólo en Navidad. También nos visitan y visitamos a los pequeños de la escuela infantil vecina a nuestro centro varias veces al año… Incluso hay alumnos universitarios que vienen a compartir su tiempo con los mayores una tarde a la semana durante todo el curso académico.
¿En qué consisten? ¿Se organizan actividades?
La organización y las actividades que se realizan varían según la edad de los alumnos que acuden.
A los más pequeños, los de la Escuela Infantil, les acompañamos en las fiestas de Carnaval, San Isidro, nos enseñan las canciones que han aprendido y nuestros mayores los llenan de achuchones porque les producen muchísima ternura.
Con los colegios de Primaria, dependiendo del centro tenemos varios niveles de implicación. Algunos centros sólo vienen en Navidad a cantar villancicos con nosotros; otros, sin embargo, vienen varias veces a lo largo de todo el curso, preparan interpretaciones, realizan juegos juntos… y siempre guardan un tiempo para estar simplemente charlando. Como acuden de forma regular, llegan a conocerse por su nombre, se intercambian obsequios mutuamente (dibujos o manualidades), los mayores les preguntan por las notas…
Con los alumnos de la universidad se crea otro tipo de relación, puesto que acuden semanalmente; charlan y van creando lazos afectivos. Posteriormente, los propios estudiantes preparan actividades para los mayores en función de lo intereses que les manifiesten; han organizado con ellos guateques, pequeñas salidas, juegos de cartas y de mesa… ¡Hasta un cortometraje!
¿Preparan las actividades junto a los profesores de los centros?
Los profesores de los centros y nuestro equipo coordinan qué actividades se realizarán para disponer los espacios y los materiales necesarios. Además se suelen plantear nuevas opciones para fortalecer los lazos que unen a los jóvenes con nuestros mayores.
¿Qué aprendizajes obtienen los niños con esta experiencia?
Los mayores, de una forma natural, sienten ternura y cariño hacia los niños que nos visitan. Están desando verlos y conocerlos. Y el aprendizaje que los niños obtienen es precisamente ese: que aún sin conocerse de nada, los mayores los aprecian y los admiran. Y este sentimiento, si se trabaja en el tiempo, será mutuo. Los niños sentirán cariño y respeto por los mayores aún sin conocerlos, rompiendo la brecha generacional que existe. Ambos colectivos tienen lo mismo que aportar y recibir los unos de los otros.
¿Qué opinan los niños de estas visitas?
Cuando los niños que participan son pequeños les resulta muy fácil integrar a los mayores y se dirigen a ellos con total naturalidad; disfrutan desde el primer momento de la actividad. Los de Primaria, sin embargo, tienen más prejuicios, les cuesta más relacionarse con los mayores en un principio. Pero cuando por fin empiezan les abren su corazón. Suelen salir el primer día contentos pero algo impresionados por la novedad, después suelen entrar ya corriendo por la residencia con total naturalidad buscando a las señoras que conocieron o deseando enseñarles a todos lo que traen. Algunos han venido posteriormente con sus padres a saludar a los mayores ya de manera independiente al colegio.
¿Qué significan estas visitas para las personas mayores que viven en la residencia?
Les supone una inyección de alegría y energía. Pasan días comentando lo “ricos” que eran los niños que vinieron. Les gusta ver las fotos juntos y siempre preguntan cuándo volverán. Además, los extrañan cuando acaba el curso y cambia el grupo que acude al centro. Con los profesores de uno de los colegios, viendo el cariño mutuo que se tenían niños y mayores, acordamos que al curso siguiente, además del grupo nuevo correspondiente, acudieran también en alguna ocasión puntual los alumnos del curso que terminaba, ya que ambos colectivos así lo deseaban.
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2 comentarios
El artículo es buenísimo. Gracias por el aporte porque de momento no se conoce mucho sobre el tema…
¡Gracias, Paloma!