Nuria es maestra en un colegio de infantil y primaria, pero muchos la conocerán como la Srta. Rock&Roll gracias a su blog www.srtarocknroll.com. Desde hace tres años, comparte ahí su pasión por el lettering, el bullet journal y la caligrafía. También es una entusiasta del scrapbooking y le encanta hacer manualidades. Hemos hablado con ella.
¿Qué es lo que más te atrae del lettering?
Lo que más me atrae del lettering es que con muy pocos materiales puedes estar entretenido mucho tiempo. Personalmente me relaja mucho, por ello empecé a practicarlo hace unos tres años, cuando estaba opositando. Me ayudaba en los ratos de descanso del estudio. Me gusta poder crear mis propias láminas con frases especiales y escribir de una forma llamativa, cuidada y bonita en mis cuadernos, mi bullet journal, carteles, etc.
¿A qué edad se puede empezar a practicar?
Yo creo que se puede empezar a practicar en cualquier momento, ya que partimos de la base de que se trata de dibujar letras. Me resulta interesante cuando algunas madres me escriben por las redes sociales para contarme que sus hijos e hijas están practicando el trazo de las letras con mis plantillas o con mis vídeos. Eso me hace pensar que el lettering es dibujo, y todos sabemos dibujar desde bien pequeños. Sin embargo, para componer láminas o escribir frases o palabras, sí es necesario que se conozca el significado de lo que se está escribiendo, para darle sentido a las letras.
Y, antes, ¿qué consideras imprescindible para tener una buena base de escritura a mano?
Practicar mucho y hacerlo de forma consciente. Cuando escribimos muy rápido, por ejemplo cuando estamos tomando apuntes, estamos más atentos a lo que escuchamos que a lo que escribimos, y eso hace que descuidemos nuestra caligrafía y tengamos peor letra. Yo era de las que pasaban todos los apuntes a limpio y eso me ayudaba a ser consciente de mi forma de escribir y tratar de mejorar para que fuese lo más legible posible. Además, en el cole tuve una maestra que nos hacía practicar caligrafía con unos ejercicios muy curiosos (y tediosos) en hojas de periódico. Nos decía que así tendríamos buena letra (y conmigo no se equivocó), pero no creo que esa sea la fórmula mágica. Creo que hay que enseñar a los niños y niñas a ser conscientes de su escritura, a fijarse en la forma y tamaño de sus letras, para que luego les salga así sin pensar.
Has podido probar la libreta de iniciación a la escritura de Oxford. ¿Qué te ha parecido?
Me ha sorprendido. Normalmente no soy muy “fan” de este tipo de rayados, pero éste me ha parecido muy didáctico: se ve claramente con colores el espacio delimitado para cada letra. La metodología de la casita, con su tejado y su sótano funciona muy bien, y me gusta que no tenga cuadrados por debajo, porque los niños y niñas tienden a rellenar un cuadrado con cada letra y eso hace que necesiten mucho espacio para escribir. Con este cuaderno, cada uno puede desarrollar su propia letra, más ancha o estrecha, y eso me gusta porque deja margen a la creatividad.
¿Qué tipo de pauta o rayado recomiendas para las etapas posteriores del proceso de aprendizaje de la escritura?
Una vez que saben escribir, sí me gustan las pautas de cuadros, quizá porque son las que he usado toda la vida. Me siento más cómoda escribiendo sobre cuadros que sobre rayas, aunque he de confesar que cuando escribo cartas (que aún las sigo escribiendo) sí que prefiero el rayado. De todas formas, eso es muy personal de cada uno y creo que nunca se les deja elegir a los niños y niñas si prefieren rayas o cuadros hasta bien mayores. No estaría mal, ya que es importante sentirse cómodo a la hora de escribir para tener mejor letra.
A menudo hablamos de los cuadernos que necesitan los alumnos. Pero, ¿cuáles consideras imprescindibles para un profesor?
El cuaderno de un profesor tiene que ser todoterreno. Lo llevamos del colegio a casa y de casa al colegio, en mochilas o bolsos llenos de cosas, lo llenamos con papeles sueltos… Para mí es importante que sean de tapa blanda, porque pesan menos; que tengan separadores o que las hojas tengan diferentes colores, para tener todo organizado (reuniones en un color, entrevistas con los padres y madres en otro…). Estaría muy bien añadirle una goma para cerrarlo y que no se nos escapen esas hojas sueltas de las que hablamos. El papel tiene que ser de buen gramaje para que aguante todo.
Tienes varios vídeos dedicados al bullet journal. ¿Qué es lo que más te gusta de este método de organización?
Me gusta que se adapta a cada uno, es decir, tanto si eres de escribir mucho como si eres más escueto, con el bullet journal apuntas tus tareas y no pierdes espacio. A veces me pasa que compro una agenda y hay semanas que ni siquiera escribo en ella, porque no tengo tareas o tengo pocas, y me da mucha lástima el papel desperdiciado. En cambio con el bullet no me sobra ni un hueco. Además me permite decorarlo a mi gusto, acorde a lo que me apetece cada mes o cada semana. A veces no lo decoro nada y se ve más minimalista. También puedo usarlo como cuaderno, así que no tengo que llevar una agenda y un cuaderno siempre encima. Para mí es el método de organización perfecto.
Y para los alumnos, ¿qué tipo de agenda recomiendas?
Para los alumnos siempre prefiero una agenda a semana vista, para que no se despisten con las tareas que hay que hacer. Que tengan suficiente espacio para apuntar todo en cada día y que tengan también calendarios grandes para llevar el mes visto al día. Está muy bien que tengan hojas para escribir notas, teléfonos, o páginas web importantes, porque así aprenden a organizarse desde muy pequeños.
Eres una persona muy creativa. ¿Cómo se puede fomentar la creatividad en los alumnos?
Dejándoles hacer. Nos sorprendería la cantidad de cosas chulas que hacen cuando tienen libertad total, cuando se les deja dibujar lo que quieran y como quieran, o cuando se les pone un problema y se les deja buscar la solución sin incitarles a buscar la operación que se debe resolver. A veces pensamos que dándoles determinadas directrices harán mejor la tarea que se les encomienda y quizá deberíamos dejarles más libertad de imaginar, pensar y discurrir por sí mismos la solución a lo que se plantea, dejando que la creatividad de cada uno juegue su turno. No siempre hay que pintar sin salirse de las líneas.
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