Con motivo del Día de la Música (21 de junio) hemos hablado con una joven apasionada de esta que conocimos hace poco, cuando entrevistamos a Natalia Arisa en una de las sesiones de musicoterapia que hace en el Hospital Josep Trueta de Girona. Mireia Zamora se acababa de unir al proyecto de Natalia, aunque ya conocía bien la realidad de los niños hospitalizados y para ellos compuso la canción “Petits Valents”. Mireia es graduada en Educación Infantil, pero de momento ha optado por la carrera musical.

¿Qué significa para ti la música?
Para mi la música es la mayor forma de expresión de todo ser humano, sin excepción. A través del arte se consiguen muchas cosas. Cosas increíbles que nadie podría imaginar. Es magia…

Eres graduada en Educación Infantil. En tu opinión, ¿qué puede aportar la música a la educación de los niños?
Me gusta mucho esta pregunta porque precisamente hice el trabajo final de carrera sobre este tema. Sería más sencillo responder a la pregunta, ¿qué no aporta la música a los niños? La música crea muchos lazos entre los seres humanos.
Actualmente, en la mayoría de escuelas se está dando poca importancia a la música, dejándola cómo una asignatura «secundaria», igual que el arte, y dando más importancia a las matemáticas, a las ciencias… Ojalá algún día los de arriba se den cuenta de que tienen la misma importancia. Además, la música no deja de ser matemáticas… Ayuda a organizar y estructurar la mente, a desarrollar varias funciones cognitivas como el pensamiento lógico-matemático y lingüístico, y al desarrollo emocional. Además, desarrolla la creatividad, aumenta la autoestima y la seguridad en uno mismo. ¿Por qué no nos fijamos en los ejemplos más claros de triunfo escolar? Las escuelas de Finlandia, por ejemplo. Ahí la música es una de las bases de la educación y la verdad es que tienen grandes resultados. El estado subvenciona económicamente los estudios públicos de música y eso hace que los estudios musicales sean baratos. Ojalá algún día pase en este país. Sería un avance educativo muy grande.

Hay niños que además asisten a clases extraescolares de canto o de algún instrumento. Tú misma eres un ejemplo. ¿Cómo valoras la experiencia? ¿Lo recomendarías a todos los niños?
Yo empecé a los 10 años con el piano y nunca he tenido ningún referente en mi casa. Nadie hace música. Nació de mí esa pasión. Con esto quiero decir que me encanta que los niños hagan extraescolares de música, pero creo que no debe ser en ningún momento una obligación. La música, igual que todo, si se hace por obligación se aborrece.

De momento has aparcado la docencia para centrarte en tu carrera artística, en la que se incluyen varias iniciativas solidarias como la canción “Petits Valents” o más recientemente las sesiones de musicoterapia en el hospital Josep Trueta, ambas con los niños como protagonistas. ¿Cuál es su reacción cuando te oyen cantar?
Aunque ahora no ejerza de maestra es imposible no tener algún lazo con los niños. Poder mezclar los niños con mi pasión, que es la música, es muy bonito. “Petits Valents” me ha cambiado la vida por completo y no artísticamente, que también, sino sobre todo a nivel personal. Me cuesta encontrar las palabras… Yo sólo fui al Hospital Sant Joan de Déu a regalar la canción a los niños, familiares, profesionales del centro… a regalarla y que hicieran con ella lo que quisieran. Nunca imaginé que tuviera tanta repercusión y me aportara tanto. He conocido a muchos padres de niños afectados y ahora mantenemos una bonita amistad. Padres cuyos hijos se han curado pero también padres que los han perdido y te vienen a agradecer que hayas escrito una canción así y me dan las gracias por dar tanto apoyo y fuerza. Yo sólo les puedo agradecer a ellos su valentía. Los padres son realmente los pequeños valientes de la vida ya que ellos son realmente conscientes de todo en cada momento. Los admiro.
Desde esta iniciativa no puedo parar de colaborar con ellos en lo que haga falta. Ya no puedo dejarlo. La solidaridad “engancha”. Me encanta y siempre ayudaré en todo lo que esté en mis manos.
He tenido el placer de cantar la canción muchas veces en las sesiones de musicoterapia en el Hospital Trueta y he podido ver muchas reacciones. En el hospital las emociones fluyen el doble que en otro sitio. Hay mucha sensibilidad y emoción en cada pequeño detalle. La verdad es que he tenido que ser fuerte en muchos momentos ya que los padres se emocionan y lloran mucho. Siempre les pregunto qué mensaje les deja la canción, qué sensación (no quisiera que se llevaran un mal sabor) y en muchos casos dicen que lloran porque les transmito mucho amor y coraje y les gusta. Esa es mi misión con esta canción, que cojan coraje y valentía para afrontar estos momentos difíciles por los que tienen que pasar y puedan, aunque sea por unos minutos, evadirse de todo y sonreír a la vida.

Junto a Natalia, tenéis un nuevo proyecto en mente… ¿nos puedes avanzar algo?
No podemos desvelar mucho aún ya que hace poquito que hemos empezado a trabajar en ello. Lo único que puedo asegurar es que será algo muy bonito para todos y para el Hospital Dr. Josep Trueta de Girona.
Natalia y yo somos muy parecidas y disfrutamos mucho con todas las acciones humanitarias. Poder ayudar, llevar con la música a otra atmósfera y hacer que los niños “vuelen” con nosotras es mágico. No hay nada más gratificante que dar, no paras de recibir.

Seguro que no es el único proyecto que tienes por delante. ¿En qué más estás trabajando?
No, por suerte estoy muy contenta ya que nunca paro de tener ideas y trabajo muy duro para ir consiguiendo metas. Ahora en verano tengo actuaciones, un musical del que formo parte y sobre todo estoy muy volcada en mi proyecto personal. Estoy en proceso de composición y grabación de temas propios pero no tengo prisa, prefiero hacerlo poco a poco y tener un resultado del cual esté totalmente convencida y satisfecha. Soy un poco exigente conmigo misma.

Estamos convencidos de que llegarás muy lejos. ¡Mucha suerte!

Esta es la canción «Petits Valents». Podéis escuchar otras canciones cantadas por Mireia en www.lastnotemusic.com