Mireia Portero es diplomada en Educación Primaria con especialidad en Educación Física. Actualmente, es tutora de sexto y coordinadora pedagógica en el colegio Santa Teresa de Jesús de Carmelitas Misioneras (Barcelona). Ha sido una de las elegidas para presentar su experiencia educativa en la III Jornada MIAC, que ha titulado “Educación en tiempos de pandemia, un reto”.
Durante el confinamiento, explicó que si se aprovechaba bien el tiempo, se podía salir reforzado. ¿Ha sido así?
Es innegable que el coronavirus nos ha afectado a todos/as de una manera o de otra. Hemos pasado por una situación totalmente inesperada que nos ha llevado a estar confinados en casa, aislados de la sociedad, durante más tiempo del que hubiéramos pensado y hemos tenido que adaptar nuestra vida a ello.
No obstante, el confinamiento, al igual que todas las situaciones vividas, nos ha hecho personas más fuertes, con más capacidad de resiliencia ante las adversidades y nos ha dejado innumerables aspectos positivos, tanto sociales como personales.
Entre las enseñanzas y lecciones de vida que nos ha dejado la pandemia se incluye la interiorización de diferentes acciones que, tanto a nivel individual como colectivo, mejorarán nuestras vidas durante los años venideros.
Hemos tenido tiempo para convivir con la familia. Sin duda, este es el mejor regalo que nos ha hecho la COVID-19. Debido al ritmo diario de trabajo y rutinas muchos de nosotros no pasábamos suficiente tiempo con nuestros seres queridos. Con el confinamiento esta situación ha cambiado y hemos podido disfrutar de su compañía. Además, el confinamiento ha sacado el lado más solidario de las personas y asociaciones.
Estar en casa nos ha permitido valorar más el tiempo e invertirlo en diversas actividades que nos han dado un mayor bienestar. Hemos tenido tiempo para practicar ejercicio físico, leer algún libro, terminar tareas pendientes, ordenar y redecorar la casa, buscar y preparar nuevas recetas, cocinar en familia, pintar, entre otras muchas actividades.
Esta pandemia ha sido impulsora de profundas transformaciones y un importante motor de innovación tecnológica. El aprendizaje a distancia ha ayudado a desarrollar en el alumnado muchas de las competencias que se buscan hoy día en el mercado de trabajo. El estudiante ha tenido que ser más activo y autónomo, estar constantemente actualizado, ser comunicativo y disciplinado y, sobre todo, saber encontrar informaciones veraces e interpretarlas. No hay que olvidar la vuelta presencial a las aulas, siguiendo este contexto creímos oportuno iniciarnos en una aventura preciosa, encaminarnos hacia la digitalización del colegio y entonces hicimos una inversión económica en nuevos dispositivos (chromebooks, tablets, realidad aumentada, realidad virtual, etc.).
El confinamiento nos ha mostrado cómo ser flexibles y adaptarnos a las nuevas situaciones, aprendiendo de ellas. Porque no se trata de esperar a que pase la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia.
¿Cuáles son los principales aprendizajes que extrae de lo vivido durante la pandemia como profesora?
A pesar de las abrumadoras consecuencias de la pandemia, esta crisis mundial ha sido también un momento extraordinario para el aprendizaje. Estamos aprendiendo lo adaptables y resistentes que pueden ser los sistemas educativos, los/las profesores/as, los/las alumnos/as y las familias. Un desafío clave es cómo los docentes estamos haciendo un gran esfuerzo porque tenemos la responsabilidad y el compromiso de seguir sosteniendo la educación. Esta situación ha abierto una oportunidad para transformar e innovar.
Ante este escenario, los/las maestros/as se han reinventado y encendido sus pantallas a diario para seguir formando a las futuras generaciones, a pesar de la dificultad de digitalizar al 100% las clases. Las adaptaciones pedagógicas han resultado fundamentales, ya que los modelos tradicionales de enseñanza presencial no se trasladan a un entorno de aprendizaje a distancia. Independientemente del tipo de canal utilizado, los/las docentes han tenido que adaptar sus prácticas y ser creativos para mantener a los/las estudiantes comprometidos/as y captar su atención, ya que cada hogar se ha convertido en un aula -la mayoría de las veces- sin un entorno que apoye el aprendizaje.
Creo que motivar a los/las niños/as en las clases virtuales ha sido crucial. Se conoce la importancia y el gran papel que juega la motivación en el aprendizaje y esto ha sido apoyado por muchas investigaciones.
Considero que los dispositivos digitales deben ayudar a los/las profesores/as a apoyar mejor el aprendizaje de los/las alumnos/as. Es fundamental empoderar a los/las maestros/as, invirtiendo en el desarrollo de las habilidades necesarias y en su capacitación para poder así explotar todo el potencial del aprendizaje a distancia e híbrido. Los/las maestros/as hemos aprendido que al usar plataformas virtuales podemos proponer actividades que se hagan en otros momentos; no todas las clases tienen que ser sincrónicas. Se están utilizando muchos formatos distintos que se pueden realizar en cualquier momento y lugar, es como un aula expandida.
Hemos podido aprender que el confinamiento ha eliminado toda presencialidad posible y los/las más pequeños/as no han podido socializarse e interactuar con sus compañeros/as, algo fundamental durante el proceso de aprendizaje. Por este motivo, las herramientas de colaboración han sido de vital importancia durante el aprendizaje a distancia y este tipo de instrumentos han llegado para quedarse, ya que ayudan a los/las estudiantes a desarrollar sus habilidades de trabajo cooperativo a lo largo de todo el proceso de aprendizaje.
Es por esto que los/las docentes hemos tenido en cuenta el estado emocional y mental en el que se encuentran los/as niños/as y hemos brindado herramientas para restaurar su bienestar emocional.
Durante los meses de confinamiento, los/las docentes intercambiamos ideas y resolvimos dudas para ayudarnos en uno de los momentos más duros de la educación. Por ello, uno de los elementos clave que asumimos los/las maestros/as durante el 2020 fue el apoyo de herramientas internas que han permitido una mayor coordinación, transmisión de experiencias, recursos, materiales, etc.
Además, he aprendido que una organización de contenidos que facilite el trabajo es fundamental tanto para maestros/as como para estudiantes, aún más durante un año en el que el acceso a estos materiales y recursos ha debido hacerse de forma completamente digital.
Toda la comunidad educativa podemos afirmar que el aprendizaje no es exclusivo del aula, en casa existen muchos recursos que se pueden utilizar para promover el aprendizaje.
¿Qué tipo de proyectos trabajaron durante el confinamiento? ¿Cuál era su finalidad?
La crisis mundial causada por la pandemia del coronavirus ha supuesto un verdadero desafío para todos los sistemas educativos del mundo. En cuestión de días, se cambió la manera en la que los estudiantes aprendían. Esta pandemia se convirtió en una oportunidad para recordarnos las habilidades que nuestros estudiantes necesitan, siendo así, la toma de decisiones, la resolución creativa de problemas y, sobre todo, la adaptabilidad estrategias imprescindibles. Para garantizar que esas habilidades sigan siendo una prioridad para todos los alumnos, la resiliencia también debe integrarse en nuestros sistemas educativos.
En este escenario, repensar la educación, sus propósitos y formatos, se vuelve esencial. Es preciso replantear los contenidos y la organización del aprendizaje. Se necesitan contenidos que preparen a las y los estudiantes para comprender la realidad y actuar de manera solidaria y responsable, y formatos que respondan a la diversidad y a la incertidumbre, más allá de los tiempos de pandemia.
Al principio del tercer trimestre tuvimos que afrontar numerosos obstáculos como docentes. El centro decidió utilizar la metodología de ABP ya que se puede desarrollar desde casa y sin necesidad de tener una conexión a Internet constante. Buscamos temáticas muy motivantes ya que la pandemia estaba provocando un impacto y un desgaste psicológico en los/las niños/as. Estos se enfrentaban diariamente a una serie de factores estresantes como la duración prolongada de la cuarentena, la falta de contacto en persona con los/las compañeros/as de clase, el temor a ser infectados, la frustración y el aburrimiento por no poder jugar ni ver a muchos de sus amigos/as. Algunos de los ejemplos de los proyectos llevados a cabo en Ciclo Superior durante el confinamiento fueron Harry Potter, Star Wars, Operación Triunfo, Los Juegos del Hambre, etc. El alumnado disfrutaba de aprender a partir de sus intereses, se realizaban numerosas actividades de investigación y se invitaba a las familias para que formaran parte del aprendizaje.
La flexibilidad de esta metodología, y su capacidad para conectar conceptos de diferentes ramas, favoreció su uso en cualquier asignatura. Utilizar el ABP y el trabajo cooperativo en el confinamiento fue un acierto porque se adaptaba a cualquier etapa educativa.
Además, durante el confinamiento decidimos utilizar la metodología de Flipped Classroom y los docentes diseñábamos y publicábamos “en línea”. Los estudiantes tenían el material colgado en un Google Drive y así el tiempo de las videoconferencias se liberaba. En las conexiones podíamos facilitar la participación de los estudiantes, había un aprendizaje activo a través de preguntas, discusiones y actividades aplicadas que fomentaban la exploración, la articulación y aplicación de ideas.
En el Colegio Santa Teresa de Jesús de Terrassa se quiere que los/las alumnos/as se emocionen, jueguen y hagan un aprendizaje significativo. Por eso, entre muchas otras estrategias apostamos por la gamificación. La gamificación quiere que el alumnado se implique en su proceso de aprendizaje y sea el protagonista del mismo. Por este motivo, utilizamos cartas de recompensa, narrativas, escape rooms, etc. Son conceptos muy actuales en educación y fomentan el interés intrínseco por las actividades. Para nuestro alumnado fue sido un éxito total, pues muchos se animaron a esforzarse aún más.
¿Qué es lo que más echó de menos en esa etapa sin clases presenciales?
Yo concibo la educación como un proceso de acompañamiento donde el alumnado experimenta, descubre y se le prepara para afrontar su vida laboral, profesional y personal de una forma motivadora y competente, despertando su interés, curiosidad y creatividad.
En esta crisis he aprendido que la educación presencial es esencial para el desarrollo personal del alumnado, la pantalla nunca sustituirá al aula como lugar de aprendizaje e intercambio de experiencias.
En cuanto a mi labor docente, se han visto afectados diferentes aspectos por el confinamiento y el teletrabajo. Lo más importante ha sido el hecho de estar todo el día conectada. Me ha costado distinguir entre el horario laboral y el personal por la sobrecarga de mensajes enviados y recibidos por el centro, los/las estudiantes y los padres y madres, y por el tiempo que empleaba para la búsqueda de material o la preparación de las clases.
Otro obstáculo con el que, tanto docentes como familias, nos hemos enfrentado es la limitación del dominio de las TIC. No todos contábamos con unos conocimientos tecnológicos avanzados y algunos se han visto en la obligación de ponerse al día y combinar el uso de varias plataformas y herramientas a la vez.
En cuanto a la relación profesor/a-alumno/a, siento que ha sido difícil relacionarse y enseñar online, a pesar del esfuerzo de mantener una normalidad con los/las alumnos/as. Me siento una maestra privilegiada ya que mis alumnos/as tienen acceso a Internet y en la mayoría de los casos cuentan con ordenadores o tablets para seguir las clases. Soy consciente de que por desgracia no en todos los casos es así.
Si hay algo que he aprendido en esta etapa es que la tecnología nos ha servido como una herramienta útil para hacer una labor decente, pero no como una solución del todo eficiente para nuestro trabajo docente. A pesar de los correos electrónicos y las videoconferencias, profesores/as y alumnos/as nos hemos echado mucho de menos. La enseñanza, que en el aula gira entorno a un diálogo, pierde muchos matices si no es presencial. Los gestos, el tono, la paciente labor para lograr ver la atención en el brillo de sus miradas, etc. También nos ha faltado ese feedback personalizado que nos hace continuar seguros de que estamos consolidando bien el aprendizaje. Con emoción se aprende mejor, dice la neurociencia, y las relaciones a distancia siempre fueron complicadas…El resultado de las clases virtuales ha sido una relación fría y distante a la que no está acostumbrada ninguna de las dos partes. Además, no me ha sido posible llegar a todos los/las alumnos/as por falta de recursos o porque directamente no he recibido respuesta.
Por otro lado, y en menor medida, ha faltado coordinación entre los/las compañeros/as de trabajo, y ha habido una importante carga burocrática con poca incidencia real para el aprendizaje de los/las alumnos/as (rehacer programaciones, evaluaciones, etc.).
Hay dos conclusiones importantes que algunos/as hemos extraído de esta situación tan difícil. La primera, la importancia del acompañamiento personal. El docente no sólo enseña su materia, sino que acompaña al alumno/a en el proceso de aprendizaje, jugando un papel importantísimo la capacidad empática del enseñante para poder realizar esta labor de acompañamiento que a veces consiste en exigir más, a veces en premiar los esfuerzos, e incluso en ocasiones en animarlos/las. La segunda, la imposibilidad de atender la diversidad del aula. La labor más importante y la más difícil que tiene un educador en el aula, es ser capaz de enviar y hacer que llegue un mismo mensaje a 25 personas totalmente diferentes. Estas dos realidades del aula que son las que marcan la diferencia entre un/a profesor/a más, y aquel/lla docente que nos marcó la vida y con el que disfrutamos aprendiendo, se han vuelto extremadamente difíciles de entender a través de las ondas cibernéticas, y sencillamente han hecho que el proceso de enseñanza-aprendizaje pierda calidad.
En definitiva, las clases presenciales no solo se echan de menos por cuestiones nostálgicas. Resultan más rentables en tiempo tanto para el alumnado como para el profesorado y evitan el estrés digital.
Han trabajado la sensibilización y el uso responsable de las TIC. ¿Qué es lo más importante en este sentido?
Ante la situación de emergencia provocada por el coronavirus, todos/as, tanto mayores como pequeños/as, nos hemos tenido que adaptar al nuevo escenario, lo que ha implicado que pasemos más tiempo del habitual ante las pantallas electrónicas (trabajo, deberes, clases online, extraescolares, relaciones con la familia y amigos/as, etc).
Es indudable que las TIC se han convertido en una herramienta imprescindible en nuestro día a día, y aunque para muchos/as usuarios/as todavía siguen siendo una novedad a la que adaptarse, para los/las jóvenes son una herramienta más con la que han crecido y que tienen perfectamente integradas en su ocio y en sus relaciones.
A pesar de que los/las menores utilizan habitualmente Internet, esto no significa que sean conscientes de los riesgos que pueden existir para ellos/as o su entorno. Por ello, resulta fundamental poder educar a nuestros/as jóvenes en el uso saludable y responsable de las TIC.
¿Cómo lo han trabajado?
Para el adecuado desarrollo de la Competencia Digital desde el centro creemos que resulta necesario abordar la seguridad en Internet. Por este motivo, en Ciclo Superior el alumnado realiza un trabajo de investigación para conocer los distintos riesgos asociados al uso de las tecnologías, de las redes sociales y de los recursos online, y las estrategias para evitarlos, lo que supone identificar los comportamientos adecuados en el ámbito digital para proteger la información, propia y de otras personas. Los/las maestros/as pensamos que es fundamental conocer cuestiones éticas como la identidad digital y las normas de interacción digital, así como tener en cuenta la normativa sobre los derechos de autoría y las licencias de uso y publicación de la información. Para adquirir estos conceptos los/las alumnos/as siguieron una base de orientación y se autoevaluaron la competencia digital.
Además, desde hace varios años escuchamos a expertos/as hablando sobre el tema. La Policía de Terrassa desarrolla un proyecto educativo que busca concienciar a los/las jóvenes para que adquieran hábitos adecuados y saludables en el uso controlado y seguro de las TIC. Además, proporcionan información y recursos a profesores/as para prevenir un uso abusivo de las tecnologías y otros riesgos asociados al uso de Internet.
Como colofón, se realizó un trabajo participativo que consistía en elaborar un podcast de dos minutos de duración máxima. En él se tenía que transmitir un mensaje sobre el buen uso de la tecnología por parte de los/las menores. El formato que escogimos para grabarlo fue MP3. Durante la actividad de desarrollo, el alumnado adoptó uno de los roles cooperativos y juntos desarrollaron las habilidades comunicativas. Las dinámicas que se habían propuesto habían permitido desarrollar las capacidades de todo el alumnado y descubrir el potencial a través de ellas. También se presentó un cartel/spot publicitario, el cual se diseñó con mucha ilusión en Educación Artística y posteriormente se digitalizó usando diferentes programas de diseño gráfico modernos y actuales. Durante su ejecución mejoraron sus actitudes y competencias sociales, el alumnado dejó volar su imaginación, fomentando el pensamiento crítico, la iniciativa y el espíritu emprendedor.
Los 10 principios que destacaron los/las niños/as fueron los siguientes:
1. Tenemos que controlar el tiempo que nos conectamos.
2. Debemos cuidar nuestra correcta posición corporal mientras utilizamos la tecnología.
3. Seremos prudentes y no concertaremos encuentros con personas que no conocemos.
4. Tendremos respeto a otros/as usuarios/as.
5. No suplantaremos la identidad de nadie en la red.
6. Accederemos solo a contenidos aptos para nuestra edad.
7. Tenemos derecho a la privacidad de nuestra información personal.
8. No publicaremos información de otra persona sin su consentimiento.
9. Sabemos que tenemos el deber de pedir ayuda a una persona mayor frente a una dificultad.
10. Cuidaremos el mantenimiento de los dispositivos que utilizamos.
Han probado la Realidad Virtual en clase. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Qué opinan los alumnos?
En un mundo tan cambiante como el actual, la comunidad educativa necesita reinventarse y ser más atractiva de cara a los/las niños/as, tan acostumbrados/as ahora a vivir con una pantalla, conociendo a la perfección las últimas novedades del mercado tecnológico. Por ello, la tecnología se va incorporando a la dinámica de las aulas, para facilitar y optimizar la enseñanza y enriquecer el proceso de aprendizaje de los/las alumnos/as en todas las etapas educativas.
Sumergirse por completo en un entorno virtual es una experiencia increíble. Hay pocos estudiantes que utilicen un visor de realidad virtual y no sonrían todo el tiempo. El uso de esta tecnología hace que los estudiantes experimenten un aprendizaje interactivo, vivencial y práctico, a la vez que potencia su compromiso e interés por las asignaturas. Es una herramienta fácil de utilizar, muy versátil, complementaria y diferenciadora. La recreación de escenas de 360 grados permite a los alumnos sentir los contenidos en lugar de simplemente leerlos o escucharlos. En pocas palabras, estimula el proceso de aprendizaje.
A través de la realidad virtual los/las niños/as fueron protagonistas de distintas experiencias. En este sentido, cada emoción que sentían o paso que daban era importante. Cuando lo probaron destacaron la posibilidad de vivir experiencias diferentes y transportarse a mundos irreales. Observar el interior del cuerpo, trasladarse a los órganos y sistemas, y sobre todo jugar y aprender con los/las compañeros/as, colaborando para resolver distintos desafíos.
Añadieron que las clases en forma de juegos o concursos favorecen la concentración, la retención y les muestran formas sencillas de aprender matemáticas, gramática o incluso historia. Creen que es una herramienta perfecta para complementar la formación tradicional ya que les resulta muy atractiva y motivadora porque su uso está relacionado con los videojuegos.
Los niños y niñas hicieron hincapié en que a través de la tecnología se transportaron y desarrollaron su imaginación y creatividad. Se divirtieron en un ambiente innovador y descubrieron muchas posibilidades.
El alumnado coincidió con el artículo Virtual Reality: The Next Generation of Education, Learning and Training, publicado por Forbes, en el que se explica que la educación inmersiva entusiasma a la mayoría de los estudiantes, además facilita que se involucren más a fondo con la materia estudiada y los ayuda a aprender con mayor facilidad al mejorar su capacidad de retención.
Aunque la implementación de estas tendencias es muy reciente dentro del sistema educativo, se han comprobado sus efectos positivos en el aprendizaje. Sin embargo, estamos en una etapa aún exploratoria y tenemos aún más dudas que certezas. La importancia de esta tecnología radica en que fomenta el aprendizaje a través de una actividad voluntaria que implica adquirir nuevo lenguaje, nuevos conceptos y nuevas habilidades desde la libertad del niño/a.
¿Qué papel cree que tendrá la Realidad Virtual en educación en un futuro?
No es fácil pronosticar qué camino tomará esta tecnología en el futuro, pero lo que sí está claro es que conseguirá expandir su uso hacia tareas especializadas como la educación. Las perspectivas de utilizar la Realidad Virtual en todas las aulas son enormes y las predicciones de los expertos también son bastante optimistas. Es más, puedo asegurar que la pandemia ha acelerado significativamente el desarrollo y la adaptación de tecnologías en el proceso educativo. Al aplicar la tecnología a la educación los resultados se verán a corto, medio y largo plazo.
La Realidad Virtual, cada día está más presente en la formación de nuestros alumnos/as, que busca principalmente ampliar la capacidad de desarrollo de los/las niños/as, facilitando la inclusión y venciendo las barreras sociales y cognitivas. Implantar esta metodología es una gran apuesta que muchos colegios ya han empezado a utilizar y que, gracias a ello, se han convertido en referentes a seguir.
Los/las niños/as de la actualidad han nacido con las nuevas tecnologías y muestran una mayor predisposición al aprendizaje con ellas. No hay que olvidar que la herramienta principal de las gafas de realidad virtual es la imagen, y este es el formato al que los nativos digitales y jóvenes estudiantes mejor reaccionan, y más usan en su tiempo de estudio y de ocio. La realidad virtual consigue acercar los conceptos más abstractos, de forma que los/las alumnos/as tienen facilidad de comprensión y recuerdo de los mismos.
Componentes como la gamificación, la capacidad de generar historias que enganchen y ver el aprendizaje como un juego serán esenciales en este nuevo desarrollo. Ya queda menos, para que nuestros/as alumnos/as se pongan las gafas de realidad virtual y aparezca el profesor virtual ofreciendo servicios docentes personalizados.
El auge de las TIC en la educación supone también un cambio en las demandas del mercado laboral docente. Los centros educativos apuestan cada vez más por profesionales con capacidades y competencias tecnológicas que sean capaces de guiar al alumnado en su aprendizaje utilizando estas nuevas y potentes herramientas. Además de incluir en sus planes educativos asignaturas y herramientas relacionadas con las TIC, se necesita un cuerpo docente preparado para este cambio del proceso educativo.
Por último, hay que tener en cuenta que la realidad virtual será una de las tecnologías líderes en la industria 4.0, la industria del futuro. Por esta razón, la experiencia de los/las alumnos/as con la realidad virtual en el aula les va a permitir “familiarizarse con las herramientas que muy seguramente requieran sus futuras profesiones”.
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