El Centro de Formación Padre Piquer, situado en La Ventilla, un barrio humilde del norte de Madrid, se ha convertido en un referente de la educación inclusiva. Es un centro concertado en el que se imparten los cursos de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional a alumnos de orígenes y situaciones muy diversas. Su modelo de formación se ha convertido en un ejemplo y por ello forma parte de la red internacional de Escuelas Changemaker de Ashoka. Conoce más detalles sobre el centro en esta entrevista a su director, Ángel Serrano.
¿Cuántos alumnos tiene su centro?
Tenemos aproximadamente unos 1.100 alumnos.
Nos consta que son muy diversos…
Hay más de 30 nacionalidades, 8 religiones y un contexto socioeconómico medio – bajo. Además también son alumnos muy diversos en cuanto a sus capacidades, como en muchos otros colegios.
¿Cuántos alumnos hay en cada clase?
Nuestro proyecto específico de aulas cooperativas multitarea se basa en unir dos secciones y trabajamos con grupos de 60 alumnos.
¿Y cuántos profesores hay por grupo?
Para poder atender la gran diversidad que hay en el aula necesitamos más de un profesor. En el caso de las aulas cooperativas multitarea podemos tener entre 3 y 5, ya que no se trabaja con el concepto de materia-profesor-hora, sino en ámbitos.
¿Cómo son las clases?
Se trabajan las seis materias más relevantes del currículo en grupos de tres. En el ámbito sociolingüístico tenemos lengua, sociales e inglés y en el ámbito científico-tecnológico tenemos matemáticas, ciencias y tecnología. Con esas materias se forma un currículo nuevo basado en intercalar los contenidos de todas ellas. No se estudia menos que en otros sitios ni cosas diferentes, sino lo mismo pero de otra forma.
¿Cómo enfocan la resolución de conflictos?
Una de las grandes bondades de esta metodología es que todos los niños pasan muchas horas seguidas en el aula y sus tutores están casi siempre con ellos. Además, estas aulas cuentan con un despacho acristalado dentro donde poder resolver en el momento cualquier situación de conflicto que se pueda producir. Aunque hay que decir que hay muy pocas interferencias desde el punto de vista disciplinario y al estar la tutoría integrada favorece muchísimo el clima de convivencia.
¿Cuánto hace que usan esta metodología? ¿Cómo era antes?
Empezamos en 2003, así que llevamos 14 cursos. Antes cada profesor tenía su asignatura y su curso. Con unas aulas tan heterogéneas el profesor cada día tenía que decidir a quién daba clase (¿a los que traen las tareas hechas? ¿a los que les cuesta un poco más? ¿qué pasa entonces con los que van más avanzados?…).
¿Cuáles son las principales diferencias entre el sistema de antes y el actual? ¿En qué se ha mejorado?
Ahora los niños vienen con más ganas de aprender y es significativo cómo se ha reducido el absentismo escolar; hemos pasado de más del 20% al 0,7% actualmente.
Pero lo principal es que este método nos permite alcanzar los dos objetivos básicos de la educación en el Padre Piquer: la inclusión y la igualdad de oportunidades.
¿Por qué cree que no hay más escuelas usando esta metodología?
Creo que hay muchos miedos. Nosotros también los tuvimos al principio. Existe la idea de que en una etapa como la Educación Secundaria Obligatoria uno tiene que ser más tradicional para que aprendan los niños. También hay miedo a trabajar juntos. El profesor deja esa zona de confort, en la que él lo controla prácticamente todo impartiendo él solo una materia, para coordinarse con otros profesores de materias diferentes y definir juntos qué hacer, cómo y cómo evaluarlo. Hay ciertas reticencias a trabajar así, pero la verdad es que cuando se trabaja el aprendizaje cooperativo el resultado es espectacular; los profesores juntos son capaces de hacer cosas inimaginables y transformar la educación.
En el colegio también hacen un esfuerzo para buscar financiación de patrocinadores que eviten tener que repercutir el coste de las clases en las familias, muchas con dificultades económicas…
Hay que buscar recursos en instituciones privadas y empresas que favorezcan la posibilidad de hacer cosas que con los recursos de la administración no te puedes permitir. No son solo recursos económicos para poder becar a los alumnos, por ejemplo, sino también materiales y colaboraciones. Son muchas las instituciones y empresas que han decidido invertir en educación.
El Centro de Formación Padre Piquer forma parte de la Red Ashoka de Escuelas Changemaker. ¿Qué significa formar parte de ella?
Formar parte de la Red Ashoka de Escuelas Changemaker nos ha dado mucha visibilidad a nivel nacional e internacional. Gracias a ello el modelo de aulas cooperativas del Padre Piquer está en muchos lugares.
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