Amadeo Artacho es la persona que hay detrás de matematicascercanas.com, un blog que nació en enero de 2014 a raíz de un curso sobre Diseño de Blogs Educativos que hizo. Hacía poco había acabado el Máster en Formación de Profesorado de Educación Secundaria en la especialidad de matemáticas y de ahí la temática del blog. Acabado el curso, Artacho decidió seguir con el blog y darle salida a través de las redes sociales. En estos dos años ha conseguido acercar las matemáticas a una comunidad de miles de seguidores. Hablamos con él sobre la materia y la forma de enseñarla en los colegios.
¿Qué tiene de especial matematicascercanas.com?
Es un blog que tiene una personalidad propia y diferenciada, que trata los temas de formas muy variadas y siempre de manera entretenida, sencilla y sin dar por hecho nada, con buenas dosis de humor, mucho sentido didáctico y poniéndose siempre en el lugar de quien lo está visitando. Como muchas personas me han comentado, te acerca las matemáticas casi sin que te des cuenta, y eso hace que sea accesible para todo el mundo.
Se define a sí mismo como un apasionado de las matemáticas, “pero de las de verdad”. ¿A qué se refiere?
Obviamente no quiero decir que haya matemáticas como tal que no sean de verdad, al margen de que la matemática en si está basada en conceptos y entidades abstractas. Me refiero más bien a la forma de enfocarlas y entenderlas. Para mí, estas matemáticas que llamo “de verdad” son las que hacen y permiten pensar. No se trata de coger una fórmula que no sabemos de dónde viene y obtener un resultado sustituyendo valores en ella; eso, al fin y al cabo, es “calcular”. Matemáticas sería partir de una situación, analizarla, razonar, decidir qué caminos o estrategias seguir y, aprovechando lo que ya sabemos y lo que vamos descubriendo, llegar a resolverla. En ese camino las fórmulas no son el fin en sí, sino una herramienta del proceso matemático.
Matemáticas es una de las asignaturas más temidas en el colegio. ¿A qué cree que se debe?
En mi opinión, son varias las razones o causas que llevan a esta situación, y están relacionadas. Entre ellas están la metodología que se ha seguido hasta ahora en la enseñanza de las matemáticas, el currículo de la propia asignatura, la falta de motivación y el clima social adverso que existe, tanto por parte de los estudiantes, como de los padres y de la sociedad en general.
¿En qué se basa ese clima social adverso?
Buena parte del temor que tienen los alumnos a las matemáticas surge de la poca confianza que tienen en sí mismos y en lo que pueden aprender. Durante muchos años nos ha acompañado la errónea idea de que si no entiendes las matemáticas es porque eres menos inteligente. Pero yo me pregunto ¿cómo vas a entender las matemáticas si nadie te ha enseñado a entenderlas? La forma como se han venido enfocando y evaluando las matemáticas durante mucho tiempo ha generado un miedo en los alumnos al error, a equivocarse delante de los demás y parecer “menos listos”. Por otra parte, el no haber sabido tratarla como lo que es, una herramienta eminentemente práctica, útil y necesaria para el día a día, no ha hecho otra cosa que alejarla aún más.
Apuntaba también al método de enseñanza usado hasta ahora como uno de los motivos de su impopularidad. Esto coincidiría con la opinión de algunos expertos que consideran que la enseñanza de las matemáticas se hace mal en la mayoría de colegios.
Tendemos a enseñar como nos han enseñado a nosotros, y se tiene reticencia a que se enseñe a nuestros hijos de forma diferente. Pero, si analizamos los resultados, parece claro que algo no se está haciendo bien. Y no me refiero tanto a los resultados de aprobados en la materia pues, tal y como ha estado planteada hasta ahora la enseñanza de las matemáticas y, sobre todo, su evaluación, un alumno puede haber obtenido buenos resultados y, sin embargo, no saber construir y pensar con las matemáticas. Y esto último es un claro indicativo de que no se está enseñando correctamente.
¿Qué se está haciendo mal?
Se enseñan algoritmos de cálculo, a sumar, restar, multiplicar… expresiones y fórmulas para calcular, procedimientos para resolver ecuaciones, etc. Se inunda a los alumnos a ejercicios repetitivos y en su mayor parte mecánicos y, al final, se pretende que resuelvan algunos problemas que, por lo general, ni son reales ni se acercan para nada a los intereses del alumno. Se quiere enseñar la resolución de problemas antes que enseñar a entenderlos. Lo normal es que se les haga un mundo y, como suelen expresar no con falta de razón, no entiendan nada.
¿Cómo debería ser la enseñanza de las matemáticas?
En mi opinión, la metodología a seguir debería ser justo la contraria. Se debería partir de situaciones reales y sencillas, lo más próximas posibles al alumno, para que se sientan identificados con ellas y despierten su interés. A partir de ahí, ayudarles a analizar, experimentar, hacerse preguntas… Y que los conceptos y los mecanismos de cálculo y de resolución surjan siempre ligados a un por qué y con una evidente utilidad práctica. De esta manera generamos pensamiento.
¿Cómo debe un profesor enfocar sus clases para que los alumnos estén motivados con las matemáticas?
Hay que partir de que la labor del docente es muy complicada y de que conseguir todo esto que he hablado antes no es precisamente sencillo. Por otra parte, en el aula el grupo es heterogéneo y las inquietudes, motivaciones, circunstancias y capacidades de los alumnos pueden ser muy diferentes.
Es fundamental que el profesor involucre al alumno en su propio aprendizaje. Es la única manera de que realmente lo sienta suyo y esté motivado para aprender. Para ello, se debe partir desde el que aprende, ponerse en su lugar y, muy importante, escuchar. Hay una frase que dijo el profesor José Antonio Fernández Bravo que resume muy bien esta idea: “Hay que escuchar, hay que empezar a hablar para escucharles a ellos, no para que te escuchen a ti”. Tiene que haber comunicación entre el profesor y los alumnos, y el primero debe ser un mediador de los aprendizajes de los segundos. El profesor debe organizar toda esa información que los alumnos han ido descubriendo, y que muy probablemente estará desorganizada, para que encuentren regularidades y extraigan de ellos mismos conclusiones. Debe ser algo que construyan ellos.
¿Algún otro consejo?
Considero que es bueno recurrir a todo aquello que pueda hacer más dinámico y entretenido el aprendizaje de las matemáticas y que, en definitiva facilite un mejor ambiente en el aula y que los alumnos disfruten. En edades más tempranas es muy recomendable utilizar materiales manipulativos y recurrir al juego. El humor y la sorpresa, siempre relacionados con las matemáticas, son dos recursos que pueden ayudar mucho a despertar la atención y el interés de los alumnos, y las matemáticas precisamente pueden generar fácilmente sorpresa. Por eso me gusta incluir bastantes recursos de este tipo en el blog que puedan servir de ayuda en las clases. Y, por supuesto, se cuenta con la ayuda de las nuevas tecnologías. Hay recursos y herramientas que permiten experimentar, descubrir y comprender las matemáticas con mayor facilidad.
Pongamos un ejemplo… las tablas de multiplicar. Los métodos van desde memorizarlas a base de repetírselas mentalmente las veces que haga falta hasta canciones. ¿Cuál es su opinión?
Habría que preguntarse primero si realmente es necesario memorizar las tablas de multiplicar. Personalmente considero que sí que hay que saberse las multiplicaciones básicas, porque es algo necesario para el cálculo mental, la estimación y el desarrollo del sentido numérico y, además, nos proporciona agilidad en otros cálculos donde las vamos a utilizar.
¿Cuál es la mejor forma de enseñarlas?
No tiene mucho sentido aprenderse las tablas de memoria sin saber muy bien lo que estamos haciendo. Es necesario que los alumnos comprendan el concepto de multiplicación como equivalente a una suma repetida de una misma cantidad, y que además se den cuenta de que en tres filas de cinco caramelos hay el mismo número de caramelos que en cinco filas de tres caramelos.
Es conveniente enseñar a identificar, analizar y resolver problemas de multiplicar antes de enseñar a multiplicar, y que los propios alumnos vayan construyendo su propia tabla, pues es la única manera de que comprendan lo que están haciendo al multiplicar. Para ello, puede ser muy útil recurrir a la manipulación de objetos o materiales estructurados, como por ejemplo las regletas de colores, para después pasar a la representación simbólica. Una vez que se ha conseguido esto, es el momento de afrontar la memorización de las tablas que, muy probablemente, ya las sepan en su mayor parte y, además, habrá surgido como una necesidad y con un sentido práctico. También es positivo, porque además es algo que les gusta mucho y les despierta la curiosidad, utilizar mecanismos de refuerzo como, por ejemplo, la multiplicación con los dedos de las manos (en el blog hay una entrada explicando cómo y por qué funciona este método).
Algún niño atrevido (y algún adulto también) puede replicar que para eso ya tiene la calculadora. ¿Cuál sería su respuesta?
La calculadora es una herramienta muy útil para agilizar los cálculos en la resolución de problemas, pero su uso no reemplaza el razonamiento y, en la enseñanza de las matemáticas lo más importante es el razonamiento. La calculadora nos va a dar el resultado de la multiplicación que nosotros introduzcamos y si hemos cometido un error al hacerlo el resultado no va a ser el que queríamos, por lo que debemos saber detectarlo.
En Japón estaban preocupados por el uso de las calculadoras y decidieron recuperar el ábaco hace décadas. En España hay una creciente demanda de este método. ¿Cree que se debería potenciar su uso?
El uso del ábaco ayuda a los niños a desarrollar capacidades cognitivas como la concentración, la orientación espacial, la memoria operativa y asociativa, la formación de conceptos, y mejora su creatividad y capacidad en la resolución de problemas. Parece claro que potenciar su uso en las escuelas, sobre todo a edades tempranas, puede ser muy positivo para ellos.
Algunos colegios apuestan por impartir matemáticas por niveles, dividiendo un curso en varios grupos según los conocimientos o habilidades de los alumnos. ¿Le parece adecuada esta medida?
Sobre este tema hay opiniones en uno y otro sentido. Personalmente no considero que sea positivo hacer este tipo de agrupamientos homogéneos por niveles dentro de un mismo curso. Si bien en principio parece que puede ayudar a los profesores a dirigir la enseñanza de la clase a las necesidades específicas de cada grupo y algunos estudiantes pueden llegar a alcanzar un alto rendimiento de esta manera, el efecto negativo en el resto de alumnos es mucho mayor. Haciendo este tipo de agrupaciones se establecen diferencias en las posibilidades de aprendizaje y, como consecuencia, se desmotiva a un gran número de alumnos que no sienten que se les esté dando igualdad de oportunidades para poder triunfar. Se deja en el camino a muchos alumnos que, si sus padres, profesores y centros educativos tuvieran mayores expectativas para ellos, probablemente se beneficiarían y obtendrían mejores resultados.
¿Cuál sería la alternativa ideal para que todos los alumnos puedan desarrollar su máximo potencial?
Considero que es mucho más enriquecedor recurrir a agrupamientos flexibles en el aula y más heterogéneos. Se aporta una mayor diversidad y con ello que los alumnos interaccionen de forma diferente y con compañeros distintos, pudiendo participar y trabajar según sus preferencias, potencial e intereses. Es muy importante que los alumnos aprendan y sepan socializarse y trabajar en diferentes agrupamientos, y se deben intentar aprovechar para responder a las necesidades de todos ellos. Puede resultar más complicado y requerir de un mayor esfuerzo por parte de los docentes, pero estaremos dando una educación integral y a todos los alumnos.
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1 comentario
Estoy de acuerdo con el profesor en cuanto a la desacertada enseñanza de las matematicas Què hace Què algunos alumnos tengan pavor a esta asignatura pero no estoy de acuerdo para nada en Què las aulas de an ser heterogeneas. Mi hijo se ha pasado su vida escolar esperando, Esperando a Què toda su clase entendiera temas en dos sesiones cuando èl lo había solventado en media. Èl estã «obligado»por el sistema a seguir el ritmo de Los demàs, bloqueando sus Alta’s capacidades . Ganador de la Olimpiada de matematicas de 2ESO, participa en un programa externo al Instituto de estimulacion al talento matematico y le encanta participar en concursos matematicos donde obtiene premios y Muchas veces su propio Instituto le ha negado el participar en dichos concursos y ha tenido Què acceder por otros centros. La realidad Es Què no hay atenciòn a està diversidad y todo està orientado a Los niños con dificultad,Què estã muy bien, pero Los demàs estàn abandonados por el sistema y por algunos profesores, por tanto, yo sí apuesto por grupos con capacidad e intereses definidos, Es màs yo estudiè en un sistema así, y nadie se consideraba menos ni màs Què nadie, esos complejos no existian, sencillamente cada cual podía avanzar al ritmo Què pudiera, había un interès comùn : aprender màs matematicas. Los Què no le apetecía escogįan otra materia. Los niños ya socializan en muchos entornos,y esta tendencia Què Tienen algunos de»homogenizar» no Es beneficioso ni para Los Què les Cuesta ni para Los Què se pasan,Somos diferentes!! o Acaso un Doctor prescribe la misma medicina para todos Los niños por igual sea cual sea la patologia??