Recientemente se ha creado la Red ALEXI, que aúna a profesionales de la educación y de la investigación, cuyo campo de estudio y de trabajo es el aprendizaje temprano de lenguas extranjeras (de 0 a 6 años). Sus responsables son las profesoras Beatriz Cortina-Pérez (Universidad de Granada), Teresa Fleta Guillén (Universidad Complutense de Madrid) y Ana Andúgar Soto (Universidad Católica de Murcia). Hemos hablado con Beatriz para saber más sobre este nuevo proyecto.
¿Cómo y por qué nace la Red ALEXI?
Nosotras formamos parte de la red internacional REYLL (Research in Early Years Language Learning) y desde allí nos animaron a formar en España una red similar, ya que nuestro país es pionero en la introducción temprana de lenguas extranjeras, por lo que tenemos muchos profesionales con inquietudes en este ámbito. De hecho, en un mes de vida que tenemos, hemos superado en número a la red internacional, llegando a los 160 miembros. Hemos creado esta red para compartir conocimiento, recursos, proyectos e investigaciones con el objetivo de aunar esfuerzos y poner en valor esta etapa educativa dentro de la enseñanza de lenguas. Desde el punto de vista pedagógico, la etapa de Infantil es completamente distinta a la de Primaria o etapas educativas posteriores; sin embargo, la mayoría de docentes encargados de esta docencia son especialistas en lenguas extranjeras pero de Educación Primaria, que por razones normalmente organizativas de los centros, acaban impartiendo la lengua extrajera en un aula de Infantil, sin tener la formación necesaria para ello.
¿Qué especificidades tienen los estudiantes de 0 a 6 años en cuanto al aprendizaje de lenguas extranjeras?
El niño de Infantil es eso, un niño, y por tanto tenemos que tratarlo como tal. En primer lugar, estos jóvenes estudiantes aprenden de manera globalizada, y con ello nos referimos a que no podemos pretender que el niño analice en detalle una oración, o que comprenda palabra por palabra de un mensaje. Los niños aprenden estructuras que tienen vinculadas unas funciones comunicativas, pero no son capaces de desgranar esas estructuras. Es precisamente este rasgo de los niños en la etapa de Educación Infantil lo que facilita enormemente el aprendizaje de un idioma, ya que no necesitan una aproximación analítica, sino que buscan la información general siendo capaces de deducir el mensaje a través de rasgos paralingüísticos de la comunicación. Por otro lado, los niños demandan un aprendizaje lúdico, y esa debe ser la pieza central de la metodología que adoptemos para su aprendizaje. María Montessori, entre otros muchos, afirmaba que “el juego es el trabajo de los niños”. Así, este debe ser el elemento central de cualquier metodología en la etapa de Educación Infantil. Al final, se trata de adoptar una metodología centrada en los estudiantes que respete su desarrollo madurativo, apostando por actividades que simulen los procesos naturales de adquisición de la lengua materna.
¿Qué tipo de herramientas son las más recomendadas en este caso?
Cualquier material o herramienta que sea útil en un aula de infantil puede servir para aprender un idioma. Debemos hacerlo lo más natural posible, es decir, respetando los principios de aprendizaje de la etapa que nos corresponde, y simulando los procesos de adquisición de la lengua materna. No pondremos el foco en la lengua, sino que la lengua debe ser un instrumento que sirva al niño para llevar a cabo otras actividades. Por tanto, las rutinas diarias, los cuentos, los materiales de construcción, materiales manipulativos, el propio entorno del aula o del centro, incluso las famosas “mesas de luz”, tan conocidas hoy en día a raíz de metodologías alternativas… todo material que suponga un reto de aprendizaje para el niño y que promueva la comunicación es un material o recurso adecuado. Lo que no podemos pretender es que un niño de 3, 4 o 5 años, esté una hora sentado en una mesa haciendo fichas, eso no es de interés para ellos, y por tanto, debemos evitarlo.
¿A qué edad deberían los niños empezar a aprender otros idiomas distintos de la lengua materna?
Es una cuestión muy debatida y hay diferentes posturas. Nosotras siempre decimos que no hay ningún perjuicio por empezar muy pronto, al contrario, sí va a encontrar beneficios. Tampoco pensamos que si no se hace a edades tempranas ya no se pueda aprender un idioma. Yo misma comencé a aprender inglés a los 12 años y no por ello me he quedado atrás, pero sí es cierto, y está documentado, que hay aspectos de las lenguas, sobre todo fonológicos y fonéticos, que con el paso de los años son más difíciles de adquirir, principalmente al perder plasticidad cerebral. En este sentido, los estudios neurocientíficos llevados a cabo en la Universidad de Washington por Patricia Khul son un referente para comprender, como ella misma denomina, “la genialidad del cerebro del bebé bilingüe”. Pero hay un aspecto aún más importante sobre el que llama la atención la propia Unión Europea, y es que es precisamente en estas edades tempranas donde se sientan las bases para los futuros aprendizajes, de ahí la importancia de hacerlo de una manera adecuada. Así que si me preguntáis ¿cuánto antes mejor? Sí, pero debe hacerse correctamente.
¿Cómo valoras la enseñanza de lenguas extranjeras a edades tempranas en nuestro sistema educativo?
Se están haciendo grandes avances. Pero aún queda por hacer. La ley educativa española establece que se debe hacer una primera aproximación a la lengua extranjera en el último año de infantil (alrededor de los 5 años de edad). Eso es lo obligatorio, pero a partir de ahí cada comunidad autónoma lo desarrolla a su manera. La mayoría hacen esa aproximación desde el primer curso de infantil (a partir de los 3 años), pero con modelos distintos; unas comunidades pueden tener tres horas a la semana y otras, una. Por otra parte, se debería tener más en cuenta el perfil del docente que se encarga de estas enseñanzas. Por lo general, suelen ser maestros especialistas en lengua extranjera con formación en Educación Primaria (no en Infantil) o bien maestros de Infantil con un nivel B2, el cual no es suficiente para enseñar en esta etapa, donde es esencial el dominio de la oralidad. Solo una o dos comunidades establecen un mínimo de un C1. Esto nos da un resultado de una gran heterogeneidad, que debería regularse. Así, pensamos que deberían haber unos mínimos en todo el territorio nacional, sin por supuesto quitar autonomía a los centros o a las propias comunidades. Al menos debería establecerse una sesión diaria de 30 minutos que se integre en el día a día del aula de infantil de manera natural, así como facilitar formación al profesorado para que se especialice en dos áreas fundamentales: la didáctica específica de la enseñanza de lenguas en Educación Infantil, así como manejo del idioma principalmente de manera oral.
¿Empezar a aprender otro idioma a una edad muy temprana puede interferir en el aprendizaje de la lengua materna?
No conozco a ningún niño bilingüe que tenga problemas por el hecho de serlo. Por el contrario, esos niños presentan una serie de ventajas de las que los niños que aprendan idiomas a edades muy tempranas se podrían igualmente beneficiar. Es cierto que cuando un niño adquiere dos lenguas de manera temprana, puede haber interferencias entre ellas, pero eso es un proceso natural y característico del cerebro bilingüe que poco a poco se va reduciendo. Es como el niño que hace generalizaciones en su lengua materna porque no sabe todavía las irregularidades de esta ¿nos plantearíamos no enseñársela porque comete errores? Todo forma parte del proceso de adquisición de una lengua. Es más, cuando un niño aprende varias lenguas de manera simultánea hace comparaciones metalingüísticas entre ellas, que le hacen tener un mayor dominio de las estructuras oracionales cuando tiene más edad. Por decirlo de una manera más cercana, hacen tanto ejercicio lingüístico, que su cerebro está en plena forma.
¿Qué determina que algunos niños tengan más dificultades que otros para aprender un nuevo idioma?
Mi experiencia personal como estudiante, así como de especialista en la didáctica de la lengua extranjera, me dice que la pieza clave en cualquier aprendizaje es la motivación. Sin motivación no hay aprendizaje. Por ello, nuestro primer objetivo como docentes tiene que ser que nuestros alumnos estén motivados para aprender, que se lo pasen bien y disfruten. A partir de ahí vendrá el aprendizaje. No creo que unos niños sean mejores o peores para aprender un idioma, y menos a edades tempranas, sino que es la aproximación que nosotros, como docentes, hacemos a ese aprendizaje lo que determinará que se sientan motivados o no, y por tanto, que aprendan el idioma.
¿Y cómo se consigue esa motivación?
Debemos buscar metodologías que se centren en el alumno y conseguir que hagan un uso de la lengua real. En este sentido, la metodología Content and Language Integrated Learning (CLIL) integrada con el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una muy buena opción, porque proporcionamos al alumno oportunidades reales para usar la lengua de manera instrumental.
¿Qué recursos pueden encontrar los profesores en la Red ALEXI y cómo pueden acceder a ellos?
Todos aquellos docentes e investigadores que estén interesados en el aprendizaje de lenguas extranjeras en Educación Infantil pueden inscribirse en la red a través de nuestra página web (http://bit.ly/2GeKCLa). Por el momento estamos proporcionando información a través de una lista de distribución de congresos, jornadas, recursos, artículos, proyectos, etc. relacionados con nuestro campo de trabajo. Igualmente tenemos perfiles en Facebook y Twitter en los que pueden encontrar información actualizada e interaccionar con la red. Esperamos organizar próximamente algún tipo de jornada que nos ofrezca la oportunidad de reunirnos y compartir más información para consolidar la Red, así como tenemos el encargo para el 2021 de organizar el congreso internacional de REYLL en Granada. Os esperamos.
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