Muchas veces intentamos evitar el dolor pretendiendo que los niños no sufran y sean felices. Pero en la vida de una persona habrá muchos fracasos y frustraciones y para ello como educadores debemos enseñarles a superarlos de una manera constructiva.
Enseñarles a aprender de sus errores, a afrontar los fracasos y superar la frustración, a conseguir sus metas y a esforzarse para ello.
Compartimos una serie de pautas que hemos extraído de: http://www.alsalirdelcole.com/
Cambia la manera de ver los fracasos. Haz que no vean los fracasos como algo negativo, no consiste en el todo o nada, sino en aprender de lo que hemos hecho y como lo hemos hecho.
Haz que haga las cosas por sí mismo. No le des todo hecho, haz que piense, aunque al principio no sepa hacer ciertas cosas. Déjale que lo haga el solo que piense, que lo intente y que tenga la oportunidad de equivocarse y de enfrentarse al fracaso. De esta forma se aprende que podemos equivocarnos, pero que si nos equivocamos podemos también solucionarlo.
Enséñale que en toda situación de fracaso puede haber algo positivo. Esto puede parecer complicado, pero es fundamental. Ante todo fracaso hay siempre algo positivo que es la capacidad de aprender de ello, la posibilidad de crecer como persona también.
No refuerces la rabia como respuesta a la frustración. Cuando el niño o niña siente frustración suele responder con rabia. Si cedemos a sus rabietas, le enseñamos que es una forma fácil de superar esa situación y conseguir lo que quiere.
Educa en el esfuerzo pero marcando objetivos razonables. Los niños y niñas han de aprender que para conseguir ciertas cosas es necesario esforzarse.
Razona con él sobre sus errores y fracasos. Que entienda lo que ha pasado, que ha salido mal. Si lo entiende se sentirá tranquilo y ganara confianza porque sabrá lo que tiene que hacer la próxima vez.
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