Ana María Ponce, escritora de literatura infantil y docente de Enseñanza Preescolar y de Enseñanza Primaria. Actualmente trabaja de maestra de tercer grado a cargo del desarrollo del área de Lengua, Matemáticas, Ciencias naturales y sociales en un colegio bilingüe ubicado en el barrio de Saavedra, en la ciudad de Buenos Aires. Hace diecinueve años que se dedica a la literatura infantil y tiene nueve libros publicados.
¿Por qué decidiste escribir libros de literatura infantil?
Siempre me apasionó leer libros de cuentos maravillosos, novelas románticas y de aventuras y desde niña disfrutaba leyendo y escuchando las canciones y poemas de María Elena Walsh. Así fui viviendo innumerables aventuras, todas fantásticas, que estaban en los libros. Y si bien siempre me gustó escribir, nunca pensé que iba a ser escritora de literatura infantil. Escribir libros de literatura infantil fue un proceso paralelo a mi actividad docente, una manera de crear recursos literarios en situaciones de aprendizaje. Así comencé y descubrí que escribir era una forma maravillosa de relacionarme con el mundo infantil más allá del aula. Hoy disfruto escribiendo cuentos, poesías, juegos de palabras, etc., por el simple hecho de escribir, de crear historias divertidas y de jugar con las palabras.
Seguramente el hecho de estar con niños le puede ayudar para escribir sus cuentos. ¿Qué destacaría de sus cuentos? ¿Por qué gustan a los niños?
Creo que muchos de mis cuentos y poesías nacieron en el aula junto a los niños. Y muchas ideas aparecieron entre tantos libros de diversos autores leídos en el aula con mis alumnos. A veces les leo a mis alumnos lo que escribo y eso me sirve para descubrir qué cosas debo agregar o cambiar o simplemente observar y disfrutar con satisfacción si les gusta lo que les ofrezco. Siempre consideré que no hay mejor crítico que un niño. Me encanta escribir poesías e historias rimadas, y esa musicalidad de la rima en las historias resultan muy atractivas para ellos. Me divierte jugar con las palabras y a los niños les gusta ese juego.
¿Es difícil combinar sus clases con la escritura?
No es difícil, porque en mis clases siempre está presente la literatura. Es necesario formar buenos lectores para que en un futuro sean buenos escritores. Los niños enriquecen mi trabajo literario. La pedagogía nos brinda también herramientas para conocer intereses temáticos en cada etapa evolutiva, y nos permite comprender que éstos se van modificando a través del tiempo.
Como escritora de cuentos infantiles, ¿por qué decidió crearse un blog? ¿Y por qué más adelante decidió crearse una página en facebook?
La idea de crear un blog y una página en Facebook surgió el año pasado como una posibilidad de dar a conocer mi trabajo más allá de mi país y de crear un espacio literario que me permita difundir temas y contenidos interesantes al respecto.
¿Qué opina de las nuevas tecnologías en el ámbito de la educación? ¿Cree que es fundamental utilizar las nuevas tecnologías en sus clases?
La introducción de las Nuevas Tecnologías en todos los ámbitos de nuestra vida está generando cambios muy importantes en la manera de trabajar, de relacionarnos y de aprender. Las TIC se convierten en un instrumento fundamental en las instituciones educativas, como canal de comunicación entre personas, para el intercambio de información e ideas, como medio de expresión y creación, como instrumento de gestión, como recurso interactivo del aprendizaje (donde los materiales didácticos multimedia informan, entrenan, guían y motivan) y como un medio lúdico para el desarrollo cognitivo y psicomotor. Las TIC se convierten en un soporte y un complemento del proceso de enseñanza –aprendizaje.
Creo que es muy importante el uso de las TIC dentro del aula. Y con respecto a la literatura considero que las nuevas tecnologías no solo ayudan a nuevas formas de creación literaria, sino que también contribuyen al conocimiento de la literatura existente. La tecnología nos facilita que obras literarias lleguen a mayor cantidad de lectores superando límites temporales y variados obstáculos para la lectura de obras literarias que están agotadas, y que puedan ser leídas porque se encuentran en bibliotecas o repertorios virtuales.