Experimentar cómo nacen las plantas y cómo van desarrollándose es una experiencia increíble que siempre nos maravilla. ¿Recuerdas cuando plantabas legumbres en el colegio y las veías crecer cada día? Hoy queremos compartir contigo esta actividad.
Primero hay que buscar un rincón del aula para ubicar el plantío. Debe tener buena luz, así que delante de una ventana será el lugar más adecuado.
El material que necesitaremos es el siguiente y los niños lo pueden traer de casa: botes de cristal, algodón y legumbres como lentejas, habas o garbanzos. Es mejor que el bote sea de vidrio que de plástico para su conservación. Los botes de cristal para yogur son ideales.
En cada bote introduciremos un poco de algodón humedecido en agua y 5 o 6 legumbres. A continuación un poquito más de algodón humedecido para cubrirlo. Además, podemos realizar un taller para decorar cada pote y ponerle el nombre de cada niño.
Crearemos turnos de riego y estableceremos un día fijo para observar la evolución y hacer comentarios sobre las plantas. Con esta actividad fomentamos la observación directa del ciclo vital de las plantas.
Además, podremos trabajar de forma práctica, amena, divertida e interesante las diferentes partes de las plantas (hojas, tallo, raíces…), identificando las semejanzas y diferencias entre plantas y sus necesidades: agua, luz del sol, tierra, cariño y dedicación, etc…
Posteriormente podemos explicar porqué la planta necesita ser trasplantada a un tiesto con tierra: nutrientes, tamaño de las raíces, etc… Y podemos proponer que se las lleven a su casa y sigan cuidándolas.
¿Os parece interesante esta actividad?
¿Cómo la complementarías?