En todas las aulas existen conflictos con y entre el alumnado que son inevitables pero hay muchas maneras de resolverlos. Nosotros os queremos dar unos consejos para solucionarlos de la mejor manera posible.
1. Mira a tus alumnos siempre con buenos ojos. Si consigues tener una actitud de disposición y agrado hacia ellos, contribuirás a minimizar sus malos comportamientos en clase.
2. Escucha: Muchas veces los niños y niñas solo quieren llamar la atención, dales la oportunidad de decir lo que piensan y posiblemente su conducta mejorará. Demuéstrales que te importa todo lo que te dicen y además aprenderán a expresarse adecuadamente y claramente.
3. Fija un espacio de reflexión o zona tranquila. Dependiendo de la edad pon lápices de colores, bolas antiestrés… para que cada uno aprenda a controlar su ira y su enfado. Enseña la importancia de tranquilizarse y a manejar las distintas situaciones.
4. Adelántate a los problemas. Intenta abordar el tema con antelación para tratarlo antes de que se produzca. Así es más fácil evitar una pelea. Por ejemplo: explica que las cosas se tienen que compartir antes de que se empiecen a discutir y pelear por un juguete.
5. Contar hasta 10. Enseña a respirar y a contar hasta 10. Es una de las mejoras tácticas para mantener la calma.
6. Coherencia. La única forma de asegurar el respeto hacia ti, como docente, es siendo coherente en la forma de resolver las disputas. Tus alumnos recuerdan tus estrategias y por esto siempre debemos actuar con coherencia.
7. Aprovecha las tutorías. Esta clase tiene que servir para las quejas comunes y así resolver los pequeños conflictos que hayan surgido durante la semana.
8. Reconoce el éxito en la resolución de conflictos. Premia a todos aquellos alumnos que resuelven sus conflictos y mejoran su compartimiento en clase.
¿ Seguirás estas pautas?