Degradación de los ecosistemas, contaminación, agotamiento de recursos… Todos tenemos claro qué es aquello insostenible, sin embargo no existe el mismo acuerdo a la hora de definir un mundo sostenible. Con tal de promulgar que los educadores se comprometan con una educación sostenible Naciones Unidas presenta este manual, obra de Rosalyn McKeown. Su objetivo es que los profesores contribuyan a formar ciudadanos conscientes de la gravedad y el carácter global de los problemas y crezcan preparados para participar en una toma de decisiones adecuada.
El documento se encuentra dividido por temas –reducción de la pobreza, igualdad de género, derechos humanos, turismo sostenible…- en los que se repasan diferentes problemáticas y se explica cómo transmitirlas al alumnado. Este tipo de situaciones aparecen asociadas a comportamientos orientados a la búsqueda de beneficios particulares y a corto plazo, así como a la costumbre de centrar la atención en aquello más próximo. Por ello es importante que los docentes ayuden a que los más jóvenes adquieran una mayor amplitud de miras y tomen conciencia de las repercusiones de sus decisiones.