Muchos alumnos con AACC no reciben en el colegio el estímulo intelectual que necesitan, lo que puede frustrar su “genialidad” y causarle numerosos problemas. Por tanto, la detección temprana es importante para que el niño se desarrolle adecuadamente y para evitar el temido fracaso escolar.
Primero de todo tenemos que diferenciar muy bien estos términos:
- Talento: Son personas con habilidades específicas en un campo específico. Por ejemplo, para la música o las matemáticas.
- Precoz: Es un fenómeno evolutivo que implica un ritmo de desarrollo más rápido de lo normal. Por ejemplo, mantener una conversación con 18 meses con un vocabulario impropio para un niño de esa edad.
- Prodigio: Niños que logran llevar a cabo actividades en edades tempranas con la competencia de un adulto.
- Superdotado(o AACC): Niños caracterizados por ser especialmente brillantes en una o varias áreas concretas, pero no en las demás.
Para determinar si un niño posee AACC no tenemos que fijarnos únicamente en su cociente intelectual (que ha de ser superior a 130), sino que hemos de tener en cuenta su ámbito emocional, afectivo, social, etc.
Algunos indicios nos pueden ayudar a reconocer a un niño con altas capacidades, por ejemplo:
- Creatividad y perseverancia.
- Excelente memoria.
- Capacidad de liderazgo.
- Buen manejo del lenguaje y comunicación.
- Se cuestiona muchas cosas.
- Intereses muy variados y por encima de su edad.
El diagnóstico de un alumno de estas características debe ser realizado por personal cualificado. Ante la menor sospecha hemos de hablar con el tutor de nuestro hijo o hija. Este nos remitirá al departamento de orientación del colegio, donde se hará una valoración y evaluación del niño. Esta evaluación se repetirá a medida que el niño madure. Otra opción es acudir a gabinetes psicológicos especializados en la temática o a asociaciones de niños con AACC que ofrecen asesoramiento a las familias.
Fuente artículo: http://bit.ly/1aniPA7