Visitar un museo con todos los alumnos puede ser una experiencia muy gratificante para ellos. Convertirla en una visita diferente está en nuestras manos. Y nunca mejor dicho: recorrer el museo con un cuaderno para tomar notas o, incluso, hacer algún esbozo, puede acercar a nuestros alumnos a la cultura.
Escribir o dibujar en el museo
Antes de salir de visita a un museo, una buena idea sería preguntar a los alumnos qué preferirán hacer: ¿tomar notas ante alguna obra que les llame la atención para preparar un trabajo escrito? ¿O preparar varios esbozos para intentar reproducirla? De esta manera, les ayudaremos a elegir el tipo de cuaderno que mejor se adapte al uso que le van a dar.
Si la primera opción es la que toma el alumno, se podría elegir entre un cuaderno rayado en horizontal o, incluso, cuadriculado. De esta manera podrá anotar sensaciones, pensamientos que le vengan a la cabeza al ver la obra, frases que lea en la descripción que acompaña a la obra y que quiera recordar más tarde…
Si el alumno opta por la segunda actividad, lo mejor será que elija un cuaderno con las páginas totalmente en blanco. Así, dispondrá de total libertad para aprovechar todo el espacio ante sus ojos y dibujar a su aire.
En ambos casos, recomendamos que el cuaderno tenga tapas duras, ya que no todas las salas de los museos disponen de bancos en los que sentarse y, aunque los hubiese, no habrá espacio para todos ellos. Tendrán que trabajar sentados en el suelo o de pie, recordándoles que no pueden apoyarse en una pared. Por tanto, las propias tapas de sus cuadernos serán el soporte sobre el que trabajar.
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