Los caligramas son escritos, habitualmente poéticos, cuyas palabras forman una imagen visual o una palabra más grande, relacionada con el tema que trata el texto.
No se sabe cuál fue el primer caligrama de la historia, aunque se cree que sus antecedentes se encuentran en la literatura griega. Aun así, el iniciador moderno de esta escritura es el francés Guillaume Apollinaire.
Hacer caligramas es una original forma de practicar caligrafía y aprender poemas u otros textos. Por eso consideramos que puede ser muy útil en el aula; ayudan a que los niños lean, comprendan, piensen, dibujen, escriban y fomenten su creatividad e imaginación.
Los caligramas pueden plantearse como ejercicio en cualquier curso de primaria variando su nivel de dificultad. El profesor puede sugerir distintas formas de realizar caligramas en el aula; hacerlo a partir de palabras sueltas (cosas que les gustan, por ejemplo), proponer frases, canciones o poemas o dejar que los niños escriban sus propios textos y luego les den forma. Esto acerca a los niños al arte y mejora su capacidad expresiva.
Y, si aun queremos más, podemos combinar los caligramas y el inglés para que surja a la vez una nueva forma, visual y divertida, de aprender otro idioma.
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